Stefan Thomas perdió hace años el papel donde escribió la contraseña de su cartera de bitcoins. Y ahora solo le quedan dos intentos para averiguarla o perder los más de 250 millones de dólares en los que (con el valor actual) están valorados sus 7.002 BTC. Es la historia que nos cuenta el New York Times, la de un ingeniero alemán que ha visto como con el paso de los años su olvido se convirtió en tragedia.
Los bitcoins los tiene almacenados en un pequeño disco duro cifrado, denominado como IronKey. Se trata de un disco flash que ofrece seguridad y privacidad. Y también 10 intentos antes de formatear y eliminar el contenido. Thomas ya ha probado ocho veces algunas de sus contraseñas más utilizadas, pero ninguna ha funcionado.
Solo dos intentos para acceder a sus 7.002 BTC
Thomas relata como en ocasiones se tumbaba en la cama y pensaba una nueva estrategia. Todo con tal de lograr acceder a los más de siete mil bitcoins que posee, que con el valor actual ascienden a más de 250 millones de dólares.
La propia estructura del Bitcoin hace que compartirlos sea fácil y abierto. Para almacenarlos de manera segura, muchos usuarios disponen de dispositivos como IronKey para añadir una capa de protección. Pero lo que se utilizó como seguridad, ha terminado siendo un problema para muchos.
Según los datos revelados por la empresa Chainalysis, entre un 17 y un 23% de los bitcoins existentes están perdidos en el olvido. En algunos casos son carteras con pocos Bitcoins, pero en otros como el de Thomas, representan una gran fortuna con el valor actual.
El problema con la pérdida de la contraseña ha derivado en que Thomas cuestione el mecanismo de las criptomonedas. “Toda esta idea de ser tu propio banco, déjame ponerlo de esta manera, ‘¿haces tus propios zapatos?’ La razón por la que tenemos bancos es que no queremos lidiar con todas esas cosas que hacen los bancos”, explica al New York Times.
La solución no parece fácil. Una posibilidad la ofrece Alex Stamos, profesor de la Universidad de Stanford y anterior responsable de ciberseguridad de Facebook. Según explica Stamos, por 256 millones de dólares se podrían contratar varios profesionales con múltiples IronKey y trabajar durante varios meses para encontrar un fallo de seguridad que permita acceder a la información que contiene la llave. Al final se trata de una pieza de hardware económica y algo antigua. Pese a que desde IronKey lo venden como una llave “inhackeable”, sí están al tanto de posibles vulnerabilidades.
Otra idea que ofrecen algunos usuarios es tan sencilla como contactar con la propia IronKey y “convencerles” con un pequeño porcentaje. Desde 2016, IronKey es oficialmente Kingston.
A principios de 2020 conocíamos la historia de Clifton Collins, un traficante de drogas irlandés que decidió guardar 12 monederos con 500 bitcoins cada uno. La justicia irlandesa determinó que habían sido ganados de manera ilícita, pero ante la imposibilidad de acceder a ellos, se incautaron y se guardaron indefinidamente.
Stefan Thomas ya se ha hecho a la idea de que no los recuperará
El afectado declaraba en 2021 en una entrevista con ABC7 que ya se había hecho a la idea de que no iba a recuperar sus bitcoins y que nunca podría conseguir acceder a ellos. “Han pasado 9 años desde entonces, he tenido tiempo de procesarlo”, explica Stefan Thomas, que actualmente es fundador de varias empresas relacionadas con las criptomonedas.
“Hubo un par de semanas en las que estaba desesperado, no tengo otra palabra para describirlo. Me cuestionaba mi propia valía. ¿Qué tipo de persona pierde algo tan importante?”, explica, para después asegurar que “el tiempo lo cura todo” y que ahora está “en paz” con esa pérdida. Una historia que decidió compartir con la esperanza de que otros fueran conscientes de este problema y eviten cometer su mismo error.