Mañana es un día importante para toda la sociedad quintanarroense. Mañana es el día en que los votos definirán futuro de Quintana Roo. Los votos cuentan. Los votos se cuentan. Y los votos, por lo tanto, definen el rumbo.
Los que saben leer el pulso ciudadano aseguran que mañana mucha gente saldrá a votar. Dicen que el abstencionismo no será el protagonista de la jornada electoral. Ojalá, porque mientras más gente vote mayor legitimidad tendrán las nuevas autoridades. Mañana la gente, con su voto, decidirá quien será el nuevo gobernador y quienes serán los nuevos presidentes municipales y los nuevos diputados locales.
Mañana no es un día cualquiera. Es un día importante. Es un día de definiciones. Al votar por un candidato los ciudadanos se están eligiendo a sí mismos. Si eligen mal, nos va mal a todos. Pero si eligen bien nos podría ir bien a todos.
Ojalá que los ciudadanos mediten bien su voto. Ojala que el dinero y las despensas no induzcan el voto. Ojala que el hambre y la necesidad no marquen el rumbo de la elección de mañana.
Contra lo que muchos aseguran, este arroz no se ha cocido.
Esto no se acaba hasta que se acaba, dicen los fanáticos del beisbol.
No hay nada para nadie, hasta ahora. Y no se si la noche del domingo será de certidumbre. Ojala que sí. Ojala que no sucedan cosas raras. Ojala que nadie intente dar madruguete anunciando triunfos anticipados. Ojala que el proceso democrático no se manche por gandules. Quintana Roo merece una elección ejemplar, que seguramente será la de mañana. Se observa un entusiasmo pocas veces visto. Quintana Roo apenas camina a su medio siglo de vida pero tiene una sociedad madura, participativa, que no se resigna a ser simple espectadora de su historia.
La única consigna de mañana es: todos a votar en libertad, sin coacciones. Ejercer un voto responsable es la mejor manera de contribuir al fortalecimiento de la democracia. Con sol o con lluvia, hay que salir a votar. No hay ni debe haber pretexto para abdicar de este derecho. No hay que permitir que otros elijan por uno.
Mañana se estará escribiendo la historia secreta de esta elección crucial para Quintana Roo.
Lo cierto es que el arroz se está cocinando, y no se sabe cuál será el resultado. Los que anticipan vísperas están jugando su propio juego. Pero el juego de los ciudadanos es otro. Los ciudadanos todavía no muestra sus cartas. Hasta mañana.
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