Renato Ibarra fue vinculado por el delito de “Violencia Familiar” y propuso como medida alterna pagar la reparación del daño, por una cantidad que no se pudo revelar, para así obtener la suspensión condicional del proceso y en seis meses estará libre de todo cargo. Por ahora no puede salir del país.

Con rostro serio y rodeado de un tumulto de medios de comunicación, fue como el centrocampista dejó esta noche el Reclusorio Oriente, luego de vivir su segunda audiencia, que duró cerca de siete horas, mientras se definía su situación y la de cuatro de sus familiares que fueron detenidos hace una semana en la alcaldía Tlalpan.

Lucely Chalá y su defensa arribaron al lugar y en la misma señaló que Ibarra no la agredió, que al querer protegerse de las agresiones que recibía se dio la vuelta y no se percató de lo que ocurría en su domicilio. Además, alegó sentirse mal, por lo que partió del reclusorio cerca de las 5 de la tarde.

El jugador tuvo que esperar a salir, ya que durante el proceso se filtraron videos de la audiencia, lo que provocó el enojo de la juez Esperanza Ortiz, quien al enterarse de la situación suspendió la audiencia y pidió se investigara quienes fueron los responsables.

Fue al filo de las 22 horas que el jugador salió acompañado de sus familiares, los cuales intentaron protegerlo de los medios de comunicación.

Ahora, Renato deberá conocer su futuro en las canchas, ya que las Águilas decidieron separarlo del plantel “de forma definitiva”.

Como parte de la sentencia se le dictó al jugador tomar un curso de perspectiva de género con duración de 40 horas. Además, de reparar el daño a la víctima, misma a la que no podrá frecuentar como medida cautelar.