El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, anunciaron el jueves que alcanzaron un acuerdo de un alto el fuego en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, que entrará en vigor a medianoche.
El gobierno sirio emprendió hace meses una ofensiva en la región con respaldo ruso.
Putin expresó su esperanza de que el acuerdo ponga fin al sufrimiento de los civiles y ayude a contener una crisis humanitaria.
No dieron detalles, pero dijeron que sus ministros de asuntos exteriores leerán un documento conjunto más tarde. Ambos mandatarios se reunieron en Moscú para sostener conversaciones que duraron más de seis horas.
Turquía y Rusia son los países con más influencia en Siria y respaldan a bandos rivales en la guerra iniciada hace nueve años.
Horas antes del anuncio, activistas de oposición denunciaron que un ataque aéreo contra un pueblo bajo control rebelde en el noroeste de Siria mató el jueves por la mañana al menos a 15 personas, incluidos varios niños, y dejó varios heridos.
Los activistas atribuyeron a aviones rusos de combate el bombardeo sobre Maaret Musreen, donde viven miles de sirios desplazados de otros puntos del país.
La campaña en el último feudo rebelde del país, que comenzó a principios de diciembre, ha matado a cientos de personas y desplazado a casi un millón de personas, muchos de los cuales huyeron hacia el norte, a la frontera con Turquía.
La violencia ha empeorado en Idlib en las últimas semanas. Ankara ha enviado miles de soldados a la zona para apoyar a insurgentes sirios atrincherados allí, pero no ha podido detener la ofensiva del presidente sirio, Bashar Assad, que comenzó a primeros de diciembre.
Al menos 58 soldados turcos y decenas de soldados sirios han muerto desde febrero en enfrentamientos directos entre tropas turcas y sirias.
El bombardeo golpeó una granja avícola utilizada como asentamiento para desplazados y mató a 15 personas, incluidos mujeres y niños, e hirió a 18 personas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña.
El grupo opositor Defensa Civil Siria, conocido como Cascos Blancos, también atribuyó el ataque a aviones rusos. Reportó 14 muertos, incluidas cinco mujeres y dos niños.
Imágenes difundidas por Defensa Civil mostraban a personal médico empleando una topadora para retirar un techo que parecía haberse derrumbado sobre varias personas. El grupo dijo que había terminado de sacar cuerpos de entre los escombros el jueves por la mañana.
La agencia de noticias Step, un colectivo activista, informó de 16 muertos, cinco de ellos niños, y 18 heridos. Las discrepancias en las cifras eran habituales en las primeras horas tras ataques en Siria.