Un varapalo más a Grecia, esta vez por el descontrol de sus fronteras.
La Comisión Europea detectó “negligencias serias” en las fronteras griegas, un análisis que abre la vía para que los Estados puedan aplicar una prórroga de hasta dos años en la suspensión de Schengen.
Grecia está ya prácticamente aislada. Pero a raíz del informe -elaborado tras una visita de la Comisión en noviembre-, Bruselas da un ultimátum a Atenas para que corrija las “graves deficiencias” en sus fronteras exteriores, según el vicepresidente Valdis Dombrovskis.
El brazo ejecutivo de la UE atiende así, en un tiempo récord, a la demanda desesperada de los Ministros del Interior en su reunión en Ámsterdam del pasado lunes. E inaugura una posibilidad, la de los cierres de fronteras coordinados, prevista en el código Schengen desde 2013 y que nunca nadie había invocado.
“El informe concluye que hay graves irregularidades en la identificación y el registro de refugiados, y en la posible reubicación o devolución de inmigrantes irregulares”, explicó Dombrovskis.
Esa evaluación se hará pública si los Estados miembros dan su visto bueno en el comité de evaluación del espacio Schengen. A partir de ahí, Bruselas adopta unas recomendaciones para Grecia y, si los países las adoptan por mayoría cualificada, empieza a contar el ultimátum para que las apliquen.
Bruselas es rotunda: cuando acabe todo ese proceso -podría estar listo a principios de febrero-, Grecia tendrá tres meses para corregir y, si no lo hace, los socios de Schengen pueden proseguir con sus controles temporales en frontera por espacio de hasta dos años, renovables cada seis meses.
“Grecia ha hecho ya muchas cosas”, dijo Dombrovskis, “pero presenta aún grandes carencias”.
Bruselas busca una respuesta coordinada de los socios en el control de fronteras, para evitar acciones unilaterales. Si Atenas no toma medidas, la Comisión permitirá a los socios invocar el artículo 26 del código Schengen.
Fuentes griegas apuntan que la situación cambió mucho desde noviembre -la fecha en la que se hicieron las visitas para elaborar el informe-, los controles son ahora más rigurosos, hay ya un centro de registro de los exigidos por Bruselas en marcha y que a finales de febrero estará listo todo lo demás.
Agencias