Playa del Carmen, 5 de enero.— Hasta el momento se tiene constancia de 200 entradas de cuevas, cavernas y cenotes en Playa del Carmen, que son nuestro patrimonio geológico subterráneo, del cual debemos sentirnos orgullo porque son rasgos geológicos únicos bajo nuestros pies, aunque varios de esos sitios, fantásticos, increíbles y hasta mágicos, están destruidos, contaminados y vandalizados, explicó Roberto Rojo García, presidente del Círculo Espeleológico del Mayab y director del Planetario Sayab, en Playa del Carmen.
El entrevistado apuntó que estos ecosistemas que se desarrollan bajo la superficie constituyen un tesoro y son clave para la vida en este lugar porque por ahí corre el agua, indispensable para todos los seres vivos, animales y plantas de la selva.
Playa del Carmen es una ciudad construida sobre cuevas y cavernas, confirmó. Sin embargo, es triste entrar a explorar esos “templos de la naturaleza” y encontrarlos tan contaminados, hay algunos en los que es difícil entrar porque el olor que emanan es insoportable.
Muchos no entienden que son ecosistemas vivos, con especies únicas, y que se deben mantener como lugares sagrados, como los veían los antiguos mayas, no servir como espacio para descargar drenajes urbanos, enfatizó.
“Las cuevas son como cápsulas en el tiempo y toda la contaminación que se les cause terminará en el mar, afectando a los corales, por el pésimo manejo de las aguas residuales”, añadió.
Uno de los objetivos del proyecto de cenotes urbanos es que la gente nos acompañe a hacer exploración real. Con su apoyo estamos haciendo los mapas de las cuevas y cenotes de la ciudad y, al mismo tiempo, les permite entrar a esos lugares y descubra cosas, como vestigios prehispánicos de los mayas y hasta de la Edad del Hielo, apuntó.
En ese sentido, comentó que hasta hace unos años nadie imaginaba que Quintana Roo aparecería en los libros de texto como poseedor de vestigios del Pleistoceno, de la Edad del Hielo, pero se han encontrado al menos 46 especies prehistóricas en cuevas, cavernas y cenotes, desde el más pequeño de los pecarís, hasta un perezoso gigante.
“Recién estaba organizando en carpetas los mapas de cenotes urbanos. Son hojas milimétricas hechas a lápiz, llenas de tierra, con anotaciones y lodo, y pensaba que en el futuro ese archivo será parte de la historia de Playa del Carmen porque es el registro de un rasgo geológico único que tenemos en la ciudad y que es irrepetible, porque cada cueva es especial. Cada hoja dice quién fue el guía, cómo fue el recorrido y las características encontradas en cada lugar”.
Por cierto, comentó que tenemos hay desarrollado un “semáforo de calidad del agua”, un indicador un tanto subjetivo que permite determinar, previo al recorrido, el estado del agua, la cual se identifica con cuatro el color verde los lugares donde no está contaminada; amarillo, para aquéllos en los que se debe entrar con precaución; rojo, para los que están contaminados y negro, en los que no se debe entrar en las condiciones actuales.
Asimismo, dijo que, producto de los recorridos, ya se tiene un cartel con los primeros 25 mapas de cavernas, cenotes y cuevas de Playa del Carmen, integrados en un solo documento con la misma escala y esperan llegar a 50 al concluir el primer trimestre del año.
Por otro lado, informó que en el Estado hay 54 especies de murciélagos y destacó que casi la mitad de los mamíferos no acuáticos que se encuentran en Quintana Roo son murciélagos que proporcionan muchos servicios como polinizadores, transportadores de semillas, controladores de plagas y otras actividades que sin ellas “ni nosotros ni muchas otras especies estaríamos aquí”.