Cancún, 16 de septiembre.— De acuerdo con modelos y estadísticas, cada vez estamos más cerca de que un huracán pase por la Península de Yucatán, como ocurrió con “Gilberto” y “Wilma”, que fueron los que más destrozos ocasionaron a Quintana Roo en los últimos años, pero ni autoridades ni ciudadanos están bien preparados para esa contingencia, advirtió Rubén Borau García, representante de capítulo Quintana Roo del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.
Con prácticamente toda su vida profesional dedicado a las labores de prevención desde distintas instituciones, incluso fue director de Protección Civil de Benito Juárez en la administración 2002-2005, señaló que después de la experiencia que se vivió con “Wilma”, en 2005, se cayó en un relajamiento.
“No estamos preparados adecuadamente para enfrentar un fenómeno hidrometeorologico de ese tipo, prácticamente todas las direcciones de Protección Civil se tiraron a la hamaca”, indicó.
Según dijo, “Wilma” se veía venir, pues ya había ocurrido “Gilberto”, y ahora “tenemos 80 a 90 por ciento de posibilidades de que llegue un huracán”.
De hecho, dijo que el comportamiento de la actual temporada es intenso y los meses de septiembre y octubre son los de mayor riesgo para Quintana Roo. Incluso, podrían acabarse los nombres asignados a fenómenos hidrometeorológicos y empezar a denominarlos con alfa, beta y demás letras del alfabeto griego.
“Hay varios sistemas en el Atlántico y al mismo tiempo tenemos presencia de frentes fríos, que frenan el avance de aquellos y causan su fortalecimiento debido a que su avance se vuelve lento, como ocurrió con Wilma”, expresó.
El entrevistado señaló que Quintana Roo tiene una situación particular de renovación de población, pues si bien muchos se fueron al quedarse sin trabajo debido a la pandemia de la covid-19, otros llegaron con la esperanza de encontrarlo y no saben qué hacer en caso de huracán.
Borau García insistió en que la prevención es prioridad y, en ese sentido, comentó que lo primero que se debe hacer es garantizar el bienestar de la familia. “Si en el hogar hay personas con enfermedades crónicas, que tengan suficientes medicamentos, no olvidar a las mascotas, y de acuerdo con la cantidad de gente, sacar un promedio de consumo diario de agua para saber cuántos garrafones se necesitarán para varios días”.
También señaló que es importante no comprar alimentos perecederos, de preferencia enlatados, tener un radio y lámparas de pilas, no veladoras ni velas.
Hay que revisar que en el patio y azotea no haya objetos que puedan salir disparados como proyectil, revisar instalaciones eléctricas y de gas y tener gasolina suficiente en el automóvil para alguna emergencia. (Galu Comunicación)