Ecuador, 12 de abril.- Guayaquil, más que cualquier otra ciudad ecuatoriana, paga con muertos y un desgarrador caos sus errores en el manejo de la pandemia.
La capital económica de este país de 17.5 millones de habitantes ofreció en los últimos días imágenes dantescas.
Durante varios días se vieron cadáveres en las calles o viviendas envueltos en plásticos y a un sistema hospitalario desfinanciado y colapsado, con médicos y enfermeras dentro que terminaron avasallados por el virus.
En los exteriores de los centros sanitarios hiede a muerte, y ya es común ver largas filas de vehículos con ataúdes de cartón esperando ingresar a los cementerios.
Y lo peor está por venir: las autoridades esperan hasta 3 mil 500 muertos por la pandemia.
Actualmente, según las autoridades ecuatorianas la provincia de Guayas y su capital, Guayaquil, concentra el 73% de los casi 7 mil 300 infectados, incluidos 315 muertos, del país desde el 29 de febrero.
Los errores cometidos no pueden volver a suceder”, expresó el vicepresidente Otto Sonnenholzner, un guayaquileño que lidera la lucha del gobierno ecuatoriano contra el coronavirus.
Con 2.7 millones de habitantes, el también puerto de Guayaquil aparecía desde antes de la emergencia como un punto especialmente vulnerable. El primer caso detectado fue precisamente el de una mujer que regresó de España por vacaciones.
En ese país e Italia, los más castigados por la pandemia en Europa, vive casi medio millón de ecuatorianos, muchos de los cuales migraron por la quiebra bancaria de finales de los noventa.
El flujo de viajes e intercambios es intenso, pero sobre todo en febrero y marzo, cuando Guayaquil y el resto de la costa ecuatoriana están en vacaciones escolares.
La mayoría de población en Guayaquil desestimó la velocidad de propagación del virus.
Ecuador “reaccionó tarde” ante las advertencias del avance del virus por el mundo, dijo Daniel Simancas, epidemiólogo de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE).
Esto tuvo consecuencias devastadoras como las que hemos visto, las mismas autoridades han salido a pedir disculpas por la falta de estrategias para el manejo de cadáveres, por la falta de provisión de insumos médicos”, agregó.
También hubo demora en la compra de pruebas de diagnóstico e insumos, además el plan de vigilancia epidemiológica fue deficiente.
Errores que, además, tuvieron como “caldo de cultivo” las condiciones sociales de Guayaquil.