PLAYA DEL CARMEN | Fernando Aguileta
Al advertir a las autoridades gubernamentales de un posible sismo de mayor intensidad que el ocurrido el pasado 11 de los corrientes, debido al movimiento de las placas tectónicas, Moisés Ramírez Hernández, asesor en materia de Protección Civil con más de 35 años de experiencia en esa especialidad, demandó de los colegios de Ingenieros y Arquitectos del Estado tomar en cuenta en sus cálculos de construcción “no sólo el aire, sino desde ya el factor temblor de alta magnitud, lo que se traduce en modificar el Reglamento de Construcción”.
Cabe mencionar que un funcionario del Servicio Sismológico Nacional (SSN), Víctor Hugo Espíndola Castro, precisó que la Península de Yucatán presenta las condiciones geológicas suficientes para que se produzca un “sismo importante” de seis a siete grados.
Mencionó que la Península de Yucatán está conformada por rocas de todo tipo, además de que podría haber un choque entre la Placa del Caribe y la Cuenca de Yucatán, del que se derivaría el posible temblor.
Explicó también, que como la placa “cabalga” sobre la Cuenca, un movimiento lento podría ser lo que motivó el sismo de 4.2 grados del pasado 11 de enero que afectó Tulum y Playa del Carmen.
En ese sentido, Ramírez Hernández, aclaró que “en el área geográfica en que nos ubicamos no indica que sea una zona no sísmica, sino de baja sismicidad. En la zona chocan las placas de Coco y la Del Caribe, el reacomodo tectónico pudo ocasionar el sismo del 11 de enero”.
Ante la situación prevaleciente, quien fuera director de Protección Civil del ayuntamiento de Solidaridad, alertó a las autoridades gubernamentales de otro temblor de mayor intensidad en Quintana Roo.
De ahí que recomendara a las instancias correspondientes a elaborar el Atlas de Riesgo, “desde ahora diseñar las medidas preventivas para ese tipo de fenómenos naturales, ya que debe tenerse en cuenta que Quintana Roo es zona de huracanes e incendios forestales, hay prevención de estos nada más”.
“Protección Civil debe contar con rutas de evacuación, zonas altas y de riesgo, movilización en vehículos para evacuación, saber las acciones que harán en negocios que manejen amoniaco, tanques estacionarios de gas L.P. o donde se rellenen cilindros de aire, entre otros, y así evitar desgracias”, agregó.
Los exhortó a solicitar la colaboración de profesionales en temblores para organizar todo con tiempo, “no sea que ya ahogado El Niño quieran tapar el pozo”.
Incluso, agregó que ante el calentamiento climático, lo que ocasiona que se derritan los polos y aumente el volumen del agua de mar, “más adelante, porque no se puede descartar, el reacomodo de la tierra repercuta y se presente en nuestras costas un tsunami”.
Recordó que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) colocó hace algunos años unas boyas por la costa quintanarroense para tener conocimiento “del comportamiento del mar, pero eso al parecer muy pocos lo saben”.
“Quien descarte esa posibilidad (de un posible tsunami) debe tener pacto con los dioses, las predicciones de huracanes es incierta, cambian las cosas de un momento a otro”, indicó Ramírez Hernández.
Debido a lo anterior, demandó de los colegios de Ingenieros y Arquitectos del Estado, tomar en cuenta en sus cálculos “no sólo el aire, desde ya el factor temblor alto, lo que se traduce en modificar el Reglamento de Construcción”.