Advierten legisladores y especialistas que ante la emergencia de salud deben existir otras prioridades y no #Pemex

Ciudad de México, 17 de mayo.- En la emergencia sanitaria del COVID-19 y frente a sus consecuencias económicas, las prioridades presupuestales del gobierno federal no deben seguir centradas en el rescate de PEMEX, afirman especialistas y legisladores.

Advierten que las tendencias observadas en lo que va de la administración, muestran un preocupante recorte del gasto en salud, por la vía del subejercicio.

Y destacan que, de persistir las actuales prioridades, las asignaciones al sector energético continuarán a la alza, al igual que sus pérdidas.

El director del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Manuel Molano, ilustra ese contraste al destacar que con un gasto de 6 billones de pesos, el gobierno federal asignó más de un billón al rubro denominado Fortalecimiento Energético que incluye a PEMEX y a Comisión Federal de Electricidad. Mientras a Seguridad Social y Salud a Derechohabientes se otorgó 1.3 billones de pesos.

“En medio de la crisis en la que estamos, me pregunto seriamente si ese billón de pesos tiene que ir al fortalecimiento energético o al sector salud. Porque un gobierno responsable, humanista, no puede meterle esa cantidad de dinero a las empresas del Estado, frente a la gravedad del problema que hoy tenemos”, argumenta el economista.

El diputado opositor considera que esa estrategia que incluye recortes brutales y desprotección a la política social ha fracasado y que así lo demuestran las pérdidas de Pemex de 2019  por 346 mil millones de pesos.

“En el primer trimestre del 2020 se calcula que ya son cercanas a los 500 mil millones de pesos, porque la empresa se ha convertido en un barril sin fondo. Y por más recursos que se le metan, no la van a sanear ni se va a convertir en la palanca de desarrollo porque está quebrada y es insolvente seguir con esta visión de rescate que deja a México sin viabilidad”.

Jorge Andrés Castañeda Morales, consultor de política pública y energía, alerta sobre el peligro de que el gobierno tenga que entrar al rescate de PEMEX ante la incapacidad de la empresa de pagar su deuda en un futuro cercano. Detalla que en 2019 las aportaciones federales fueron de 122 mil millones de pesos en certificados de aportación, una cantidad casi equivalente al costo de los programas sociales.

“La producción va a la baja y los costos son cada vez más altos.  Y cada vez pierde más dinero. La duda es si Pemex va poder pagar su deuda en el futuro cercano. En condiciones normales sería un problema. Pero en la emergencia hay dos opciones: refinanciar y buscar más deuda o darle más transferencias de recursos del gobierno. Y hay una tercera, aún más amaga: tener que rescatar a Pemex con una garantía explícita del gobierno mexicano. Sería tan grave o peor que el Fobaproa”, alerta el profesor de economía política internacional de UIA.

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