Román MARTÍNEZ | CANCÚN
La saturación de giros en el mercado 28 “Artículo 115 Constitucional” y los abusos que cometen varios comerciantes contra los turistas que acuden a ese lugar en busca de artesanías provocan que los negocios asentados allí vislumbren una decadencia que preocupa.
Jorge García Jacobo, dedicado a la elaboración de artesanías desde hace 14 años en el mercado 28, recordó que cuando llegó había 50 tiendas y ahora son 350 de vendiendo lo mismo, por lo que los turistas se reparten entre más negocios y debido a ellos las ganancias se han reducido.
Además, señala que muchos comerciantes tratan de sorprender a los turistas cobrándoles diez veces el valor real de la artesanía que adquieren, por lo que el futuro de ese mercado es que en pocos años se convierta en un lugar abandonado, como ocurrió con centros artesanales que se ubicaban en el centro de la ciudad.
El entrevistado señaló que esos jaladores o vendedores sin escrúpulos “se aprovechan de que los turistas no saben el valor real de lo que les ofrecen y lo que compran, por eso los engañan, además de que en las tiendas las mercancías no están etiquetados con sus precios.
Precisó que le tocó ver que a la farmacia Yza, que está en el Mercado 28, la multaran por no tener los precios en los chicles, mientras que a los locales de artesanías no les dicen nada. Por eso la mayoría vende por arriba del precio.
Un ejemplo de ello, dijo, son las máscaras que los comerciantes adquieren a 130 pesos y las venden a 300 pesos, pero esa misma máscara en otras tiendas le sacan diez veces el valor en que la compraron a su productor.
A manera de ejemplo abundó al señalar que si te vale 130 una artesanía, con mucho engaño te la venden a mil o mil 300 pesos.
“Quienes abusan de esa manera son los mismos que tronaron sus locales en el Pancho Villa, Plaza Mexicana, La Pulga, el Flee Market y otros que ahora están repitiendo lo mismo, lo cual es lamentable, porque en unos años ese Mercado va a irse hacia abajo”, advirtió.
El entrevistado dijo que sobre las avenidas Tankah y Cobá el dueño de un centro comercial le puso a su negocio el nombre Plaza 28 y le pagaba a los camioneros para bajar ahí a los turistas, donde les venden 30 veces más caro que en el verdadero 28, que originalmente se llama Artículo 115 Constitucional y se reinauguró con Joaquín González Castro de presidente.
García Jacobo afirmó que debe de haber más honestidad tanto de los vendedores como los dueños de las tiendas, que deben de procurar a cada cliente que tienen, porque nunca saben si van a regresar; “a mí me han tocado clientes que atendí hace un año y luego a los cinco vuelven a retornar”, enfatizó.
Opinó que lo que se debe de hacer es tener variedad de artesanías, con los precios etiquetados, y no pensar que vendiendo una sola mercancía ya tienen lo de todo el día, como le hacen con la alpaca en lugar de plata, porque es mejor y más honesto ganarse lo razonable y justo, porque si no se hace eso, el Mercado 28 va a tronar, porque ya va en decadencia.
“El mes pasado vendí 25 mil pesos, siendo propietario del local, sin pagar renta, que tengo un tipo de mercancía y un estilo de vender basado en la equidad y no alcanza, ahorita vengo aquí al Palacio Municipal con una multa de 13 mil 300 pesos, es más de un mes de ventas, porque de lo que uno vende la mitad es para reponer mercancía, aparte de luz, agua, con esas ventas el mercado va a bajar, porque los que pagan renta hay de diez y 12 mil pesos”, destacó.
Finalizó Jorge García al manifestar que ni tratando de concientizar a los artesanos y jaladores del Mercado 28 se van a enmendar, ya que son muchos y están acostumbrados a engañar a los turistas, por esa razón el Mercado 28, Artículo 115 Constitucional tiene el mismo destino que las plazas de artesanías del centro donde ahora parece que espantan porque no pasa nadie por esos cientos de locales donde en sus buenos años era una romería y un hervidero de turistas.