Esteban Santiago, un ex militar de 26 años, abrió fuego en la zona de equipajes del aeropuerto estadounidense
El aeropuerto de Fort Lauderdale reinició sus operaciones el sábado luego de haber vivido caóticas escenas el día anterior, cuando un hombre abrió fuego contra la multitud y dejó cinco muertos y ocho heridos.
El atacante fue identificado como Esteban Santiago, un estadounidense de 26 años que combatió en la guerra de Iraq, informó la oficina del alguacil del condado de Broward, 50 Km al norte de Miami en Florida.
Santiago “tenía una pistola, estaba disparando a la multitud. Todo el mundo estaba ahí esperando su equipaje”, dijo un testigo, John Schlicher, a Fox News.
Fue miembro de la Guardia Nacional de Puerto Rico y de Alaska. Entre abril de 2010 y febrero de 2011 estuvo desplegado en Iraq y abandonó el ejército en agosto del año pasado.
El ex militar fue arrestado sin resultar herido tras dejar escenas de viajeros corriendo, en pánico, para salvar sus vidas. Ahora está bajo custodia de los alguaciles y es interrogado por el FBI.
Un agente especial del FBI en Miami, George Piro, dijo que “la investigación está en una fase muy temprana aún”, por lo que no se puede determinar si se trató o no de un acto terrorista.
“En este punto parece que actuó solo”, dijo Piro a periodistas.
Un video grabado por un testigo con su celular y obtenido por el canal Fox mostraba a una persona sangrando en el suelo del terminal 2 y a otras tumbadas o arrodilladas.
“Todo el mundo se dispersó, era una histeria masiva”, contó un testigo, un pasajero identificado sólo como Duane, a CNN.
El ataque ocurrió poco después de las 13H00 locales del viernes en la sección de equipaje del terminal 2.
El agente Piro explicó a la prensa que Santiago había viajado desde Alaska hasta Fort Lauderdale con una escala en Minnesota.
Citando fuentes policiales, CNN reportó que Santiago había declarado que portaba un arma en su equipaje, algo que no sorprende en un país donde el derecho a portar armas es garantizado por la Constitución.
Piro también señaló que Santiago entró hace dos meses a una oficina del FBI en Anchorage, en Alaska, mostrando “un comportamiento errático” que llevó a los oficiales a enviarlo a un hospital psiquiátrico para su evaluación.
Según CBS, el hombre dijo entonces que lo estaban forzando a pelear por el grupo yihadista Estado Islámico y que la CIA controlaba su mente, al obligarlo a mirar videos de esa organización.
De acuerdo a ABC News, Santiago fue dado de baja de su servicio militar debido a su “desempeño insatisfactorio”.
Durante toda la tarde y la noche del viernes el aeropuerto se mantuvo cerrado, todas sus actividades fueron suspendidas y miles de personas quedaron varadas en el terminal, retenidas por las autoridades mientras procesaban la escena del crimen.
“Tuvimos docenas y docenas de autobuses que transportaban lo que calculamos que serían unas 10.000 personas”, dijo el director del aeropuerto de Fort Lauderdale, Mark Gale.
Las autoridades también tuvieron que organizar la complicada devolución de cerca de 20.000 maletas y otros artículos personales a los pasajeros que habían sido evacuados temporalmente.
El aeropuerto informó cerca de las 05H00 del sábado en su cuenta en Twitter que “todas las pistas ya están operativas para los pasajeros y empleados”, aunque recomendó a los viajeros contactar con sus aerolíneas.
También dijo que la Cruz Roja había asistido a los pasajeros dándoles agua, comida y comodidades para dormir.
Las imágenes de televisión mostraban a cientos de personas congregadas sobre la pista del aeropuerto, mientras la pequeña ciudad turística en la costa atlántica de Florida se sumía en sonidos de sirenas y bocinas.
El presidente Barack Obama dijo que tenía el “corazón roto” por el incidente, en una entrevista exclusiva a ABC News.
“No quiero hablar sobre ello, sólo decir que tengo el corazón roto por todas las familias que se han visto afectadas”, lamentó el mandatario.
El gobernador del estado, Rick Scott, viajó al lugar y aseguró que el responsable “tendrá que rendir cuentas con todo el peso de la ley”.
En tanto el presidente electo, Donald Trump, comentó en Twitter que estaba “monitoreando la terrible situación en Florida” y envió sus “pensamientos y plegarias” a las víctimas.
Este ataque ocurrió en un estado sensibilizado por los frecuentes tiroteos que ocurren en Estados Unidos. Solamente en junio del año pasado, un atacante solitario mató a 49 personas e hirió a 53 en un bar gay en Orlando, en el centro de Florida.