Chetumal, 22 de marzo.— El sector laboral de la construcción resintió un fuerte impacto en la zona sur, luego de que 400 albañiles que se quedaron sin trabajo porque se detuvieron las obras.
La iniciativa privada ya comenzó a tomar medidas sanitarias y las obras se pararon momentáneamente por el temor a que, por el contacto entre los obreros, se pueda transmitir el virus Covid-19.
En Chetumal se dejaron sentir los efectos de la pandemia de coronavirus. Los constructores decidieron suspender los proyectos de edificación de casas y, como efecto inmediato, se quedaron sin trabajo los alarifes, en perjuicio de sus familias.
Sin embargo, el impacto de esa medida representa una amenaza para otras actividades periféricas, como los proveedores de materiales para construcción, las empresas inmobiliarias y otras.
A pesar que se está todavía en la primera fase de la pandemia, los despidos comenzaron a verse en la capital de Quintana Roo, al igual que en la zona norte, lo que ya comenzó a afectar a los que menos tienen.
El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) de Quintana Roo, Diego Cortés Arzola, dijo que ante esta contingencia sanitaria se deben tomar las precauciones para que no haya una propagación masiva porque es obvio que habría una repercusión para las familias que sobreviven de la actividad de la construcción.