Ciudad de México, 4 de Marzo 2022.- “México tiene una de las tasas de participación laboral femenina más bajas, no solo de la Organización de la Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE) de América Latina, donde millones de mujeres carecen de ingreso propio y quienes trabajan perciben salarios que no son suficientes para superar el umbral de pobreza y trabajan sin seguridad social, opinó Paulina Gutiérrez.
La representante de la agrupación Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, sostuvo que esto significa “la raíz económica de la desigualdad de género, que resta autonomía a las mujeres y crea condiciones de riesgo a situaciones de violencia, tanto en la calle como en las casas”.
Añadió que, si bien se han recuperado los niveles de ocupación previos a la pandemia, también se han restaurado y agudizado las precarias condiciones laborales que las féminas tenían antes, con trabajos sin remuneración suficiente, sin seguridad social y sin contrato estable. “Y lo que es peor aún, la recuperación no es pareja”.
Previó que las mujeres tendrían aún un déficit de más de un millón de trabajos, respecto a la tendencia previa a la pandemia.
“La recuperación golpea más a las mujeres al conservar sus principales características estructurales: excluyente, discriminador y precario.
Mantener a las mujeres excluidas de las estructuras laborales reduce en casi la mitad el tamaño del mercado interno, frena el crecimiento económico, limita la recaudación fiscal y, sobre todo, representa una injusticia social grave al negarles los derechos humanos fundamentales: la salud y el trabajo, situación que les impide ejercer su autonomía y las pone en mayor riesgo frente a la violencia”, agregó el comunicado.
Añadió también que a pesar de que el marco jurídico ha sido reformado en los últimos años para el pleno reconocimiento de los derechos de las mujeres, persisten las condiciones de exclusión y precariedad laboral que las mantiene sin ingresos suficientes para comprar lo más mínimo, sin acceso a la seguridad social, y sin contrato a través del cual puedan exigir sus prestaciones.
De acuerdo con la citada agrupación, la autonomía económica de las mujeres es condición indispensable para avanzar hacia la igualdad sustantiva.
“Es la base para hacer efectivos sus derechos frente a las violencias, los abusos y las injusticias que enfrentan en la vida cotidiana por el simple hecho de haber nacido mujeres”, sostuvo.
También consideró que la falta de autonomía económica de las mujeres mexicanas persiste por la exclusión laboral, por la falta de ingresos, la precarización de sus condiciones laborales y por la inequitativa distribución de las labores domésticas y de cuidado.
“Hay casi 14 millones de mujeres que no pueden siquiera salir a buscar trabajo, por estar confinadas a labores domésticas y trabajos de cuidado.
“Además de carecer de ingreso propio, realizan una labor sustancial para el funcionamiento de los hogares y de la economía en su conjunto.
“El 95 por ciento de quienes no se encuentran disponibles para trabajar por estar realizando estas tareas domésticas y trabajos de cuidado son mujeres”, estimó.
Agregó que los datos indican la urgencia de emprender acciones inmediatas que garanticen a la mujer el derecho a ejercer su autonomía y el acceso al trabajo y a la seguridad social, con salud y servicios de cuidado. (Ver el Observatorio de Trabajo Digno y el documento Barreras en www.frentealapobreza.mx).
“Nos sumamos a la exigencia del movimiento de mujeres al Senado para aprobar la minuta de reforma constitucional que haría posible la construcción de un sistema nacional de cuidados lo cual abriría las puertas al ejercicio de la autonomía de las mujeres, que ya fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados desde fines de 2020 y está congelada desde hace más de un año en el Senado.
“También expresamos nuestra preocupación por la cancelación de las escuelas de tiempo completo, que son componente indispensable de cualquier sistema público de cuidados. Además de que pueden contribuir a la mejora de la calidad educativa”, reprochó. (Infoqroo)