CANCÚN, 28 de agosto.— Con la llegada de la temporada de lluvias y ciclones del año 2023, la empresa Aguakan, encargada de proveer servicios de infraestructura hidráulica en el norte del estado de Quintana Roo, ha implementado una serie de acciones preventivas y mejorado sus protocolos de respuesta para hacer frente a posibles emergencias causadas por precipitaciones torrenciales.
El objetivo principal es garantizar el suministro de agua potable y el correcto funcionamiento del sistema de alcantarillado y drenaje en la región.
De acuerdo con los expertos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, la cantidad de huracanes en la temporada 2023 se encuentra en línea con el promedio histórico.
Sin embargo, los especialistas advierten que debido al cambio climático y fenómenos como El Niño, que se prevé se fortalezca en los próximos meses, los ciclones tropicales podrían ser más frecuentes y de mayor intensidad.
En consonancia con su enfoque en la prevención, la concesionaria Aguakan, responsable de la infraestructura hidráulica en municipios como Benito Juárez, Solidaridad, Puerto Morelos e Isla Mujeres, está llevando a cabo inspecciones regulares de equipos en áreas de captación y estaciones de bombeo.
Además, ha optimizado sus manuales de procedimientos, manteniéndolos actualizados y en línea con las directrices del Centro Nacional de Prevención de Desastres y el Servicio Meteorológico Nacional.
Además de proporcionar capacitación continua a brigadistas especializados en la gestión de emergencias relacionadas con ciclones, con el fin de garantizar la correcta implementación de los protocolos de despliegue en el campo y los procedimientos de evacuación, Aguakan ha invertido en equipamiento especializado y medidas de seguridad para su personal.
Esto incluye vehículos de transporte, camiones cisterna, unidades de desazolve, grúas y plantas generadoras de electricidad, entre otros recursos.
Es importante destacar que los protocolos de respuesta ante emergencias de Aguakan cumplen rigurosamente con las normativas gubernamentales, regulaciones y recomendaciones de instituciones especializadas.
Estos protocolos están diseñados para fomentar la colaboración con los gobiernos locales, las agencias de Protección Civil, la Comisión Federal de Electricidad y la sociedad civil.
El objetivo es unir esfuerzos para enfrentar de manera exitosa cualquier contingencia y reducir al mínimo los riesgos para las personas y las pérdidas materiales.