CIUDAD DE MÉXICO 18 de septiembre.- La violencia en la Sierra de Chiapas ha dejado a más de mil 300 personas incomunicadas y atrapadas en medio de un conflicto entre cárteles de la droga.
Desde el pasado domingo, las comunidades de Río Guerrero, La Pureza, La Playa, Zacatonal y Zacualtipan, en el municipio de Amatenango de la Frontera, están aisladas tras la destrucción de un puente sobre el río Grijalva. Este puente era su única conexión con el resto de los municipios de la Sierra baja.
Las organizaciones criminales, en su lucha por el control territorial, derribaron el puente, sumiendo a los pobladores en una situación desesperada.
“Todo esto se está convirtiendo en terrorismo que afecta a miles de familias”, señalaron en una carta firmada por el Pueblo de la Sierra de Chiapas. Sin acceso a alimentos ni medicinas, la angustia crece entre los habitantes, quienes ven cómo la violencia y el abandono gubernamental se apoderan de su día a día.
Los cárteles en pugna, el Cártel de Chiapas y Guatemala —vinculado al CJNG— y el Cártel de Sinaloa, han convertido esta región fronteriza con Guatemala en un campo de batalla.
A pesar de las repetidas peticiones de ayuda, los pobladores denuncian la inacción del gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, y la falta de protección de las Fuerzas Armadas. Ante esta situación, grupos de autodefensas han comenzado a surgir en la zona, aunque los habitantes viven con el temor constante del reclutamiento forzado por parte de los cárteles.