Ciudad de México.– En un hecho que evidencia las tensiones entre los poderes de la Unión, la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, presentó su segundo y último informe anual prácticamente en solitario. Ni la presidenta Claudia Sheinbaum ni los titulares de las Cámaras del Congreso acudieron al evento, reflejando un distanciamiento institucional sin precedentes.
El Ejecutivo federal estuvo representado únicamente por César Yáñez, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, mientras que en 2023, pese a un contexto de enfrentamiento con el gobierno, asistieron figuras como la entonces secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, y Marcela Guerra, expresidenta de la Cámara de Diputados.
Tradicionalmente, los informes de la SCJN han contado con la presencia del presidente de la República, líderes parlamentarios y altos funcionarios del Gabinete, lo que subraya el cambio de tono en la relación entre poderes.
La fractura no solo se percibe entre el Judicial y el Ejecutivo, sino al interior del propio Poder Judicial. Tres de los cinco magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, encabezados por su presidenta Mónica Soto y los magistrados Felipe Fuente y Felipe de la Mata, tampoco asistieron. Estos magistrados han sido identificados por favorecer a Morena en sentencias clave y respaldar la reforma judicial promovida por el Ejecutivo.
En contraste, el evento contó con la presencia de ministros en retiro como Guillermo Ortiz Mayagoitia, Margarita Luna Ramos y Eduardo Medina Mora, quienes han expresado posturas críticas hacia los cambios impulsados por el gobierno.
El aislamiento de Piña, sumado a la ausencia de figuras clave, refuerza la percepción de una creciente división institucional que podría influir en el rumbo político y jurídico del país.