Playa del Carmen.- Primero con la cabeza olmeca y luego con los músicos mayas, un grupo de restauradores adscritos al Ayuntamiento de Solidaridad se ha dado a la tarea de restaurar muchos monumentos en esta ciudad que por años estuvieron en abandono o se les daba mantenimiento de manera incorrecta, dañándolos. Por primera vez, se contará con un padrón del patrimonio cultural del municipio.
Armando Martínez Hernández, egresado de Bellas Artes, catedrático y expositor artístico en México y el extranjero, es quien encabeza el grupo de tres personas, pertenecientes a la Secretaría de Servicios Públicos Municipales, que interviene en museos y esculturas, para evaluar el mantenimiento o rescate que se debe realizar a una pieza.
“Si no tomas los cuidados debidos, terminas vandalizando la pieza”, comentó el experto.
Tal fue el caso de los músicos mayas, un relieve de piedra que adorna el anfiteatro de la Plaza 28 de Julio y en el que se trabaja desde hace un mes, quitando las diversas capas de pintura con los que se les ha cubierto con el paso de los años, para rescatar la patina original, además de rellenar faltantes, que van desde detalles como un dedo, hasta una cabeza de Quetzacoátl, que tendrá que ser reconstruida, tomando como base una idéntica en el otro extremo de la pieza.
“Es caro hacer una de cantera, por lo que se usaría unicel de alta resistencia o bien polietileno, relleno con cemento y recubierto de yeso”, explicó.
Mientras este funcionario era entrevistado, los otros dos integrantes del equipo cuidadosamente avanzaban en la limpieza de la pieza, quitando las capas de pintura con bisturí, sondeando por tacto dónde podría existir alguna oquedad o daño por humedad.
En donde se detecten grietas, se debe inyectar primero alcohol, para expandirla, seguido de una mezcla de arena, para rellenar el espacio.
“Es como un enfermo, no lo puedes soltar hasta que terminemos la restauración, no sabemos cuánto nos tomará”, indicó Martínez Hernández.
LABOR TITÁNICA
Previamente se restauró la cabeza olmeca que solía estar en el inicio de la avenida Constituyentes y que fue dejada en el olvido por la administración anterior.
“Eso fue una labor titánica, se tuvo que llevar la pieza a Servicios Públicos para restaurarla, pues estaba totalmente dañada; ya concluido eso, se le ubicó en la carretera federal, para lo cual se le hizo su base con grecas. Se le trató de dar vida, pues es importante. No es original, pero representa algo para quienes vivimos aquí y recordamos siempre haberla visto.
El rescate de toda esta clase de objetos, obras de arte donadas, monumentos, fuentes o figuras, les consume gran parte de su tiempo. Lo primero que notaron al arrancar la administración, es que no se contaba con ninguna clase de censo o inventario de todo este patrimonio, por lo que se tuvo que empezar a catalogar, con sus fichas técnicas que incluye además intervenciones hechas, para que a futuro no se atraviesen las dificultades actuales, en cuanto a su diagnóstico.
Contar con este catálogo es indispensable, señaló, pues solo así se puede tener un control que evite robos o abandono.
“Las estatuas de Leona Vicario o Andrés Quintana Roo, aquí en la Plaza 28 de Julio, se mantendrán porque están en una zona concurrida, con vigilancia, pero hay algunas más alejadas, como el Monumento a la Mujer, en el ejido, en donde al acudir anoté algunos faltantes y que estaba grafiteada. Cuando llegamos a intervenir, ya le habían robado la placa de bronce, a martillazos, además de intentar desprender la escultura, aunque no pudieron robarla”, lamentó. “Ya la ficha técnica que había hecho estaba desactualizada”.
La solución, o al menos parte de la solución, es mantener estos espacios en buen estado, pues en la medida en que se cuidan y rescatan, más los respetan. En su caso, incluso lleva a sus alumnos de arquitectura a visitarlos y allí dialogan sobre su significado. Vecinos que ven eso pueden sacar orgullo de contar con estos monumentos.
“Debemos saber en donde vivimos, cuál es nuestro entorno”, mencionó. “Todas estas esculturas y monumentos son libros abiertos, que nos dicen algo, con acercarnos y verlos. Por ello debemos cuidar esta herencia. Aunque tenga un año, ya hará historia. Nosotros nos iremos, pero esto seguirá aquí, haciendo imagen urbana”.
Armando Martínez Hernández destaca mucho eL enfoque en la cultura que ha traído la actual administración municipal, que ha impulsado a pintores, había llevado actividades culturales a colonias (hasta la llegada de la pandemia) y procura darle un orden y buena imagen a sus monumentos.
LARGA TRAYECTORIA
En entrevista, el restaurador y catedrático de la Universidad Riviera comentó que lleva 17 años de residencia en Playa del Carmen, previamente, trabajó en Ciudad de México, en Bellas Artes y en el Museo Nacional de Antropología.
Entre los trabajos que recuerda, menciona el haber hallado un pasadizo secreto, detrás de la fachada de la Iglesia del Carmen, San Ángel, misma que daba a la avenida Revolución y que todos ignoraban que existiera. Ahora está presentada detrás de una vitrina.
También descubrió el decorado original en la casa de Agustín de Iturbide, recibiendo el proyecto para su rescate.
En su faceta de pintor, indicó que ha exhibido en México y en el extranjero, acudiendo a Milán, Italia y París, Francia; incluso, como dato curioso, viajó a Rumania, en donde pintó en un castillo de Transilvania, posiblemente el de Drácula.
Desde su llegada a Playa del Carmen, su principal pasión ha sido impulsar la cultura, siendo fundador de una escuela de iniciación artística, y de un colectivo de pintores que desde hace 15 años exponen en la calle 16.