Tendrá lugar en diciembre y será un evento global que concierne a millones de personas.
No, no es la final del Mundial de Qatar, sino otro encuentro internacional que competirá con el fútbol por la atención del público: la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Biodiversidad o COP15, que se dará cita en Montreal.
El objetivo de la cumbre es fijar metas y mecanismos para proteger la biodiversidad a nivel mundial, y la urgencia de hacerlo quedó aún más clara con el nuevo Informe Planeta Vivo que se acaba de divulgar.
El reporte, basado en un índice que compilan cada dos años el Fondo Mundial para la Naturaleza o WWF por sus siglas en inglés, y el Zoológico de Londres, revela una grave reducción de la vida silvestre. Y la caída más vertiginosa se dio, por lejos, en América Latina y el Caribe.
69%: el promedio de la caída a nivel global
Las poblaciones monitoreadas e incluidas en el informe se redujeron entre 1970 y 2018 en un 69% en promedio a nivel planetario.
Para entender correctamente este dato clave es necesario hacer dos aclaraciones, explicó a BBC Mundo Luis Germán Naranjo, director de Conservación y Gobernanza de WWF en Colombia.
En primer lugar, el informe solamente habla de vertebrados. Y dentro de estos solo considera a 32.000 poblaciones monitoreadas por la ciencia y que corresponden a 5.320 especies en diferentes partes del mundo.
“Para que la gente se haga una idea de esto, hay que entender que solamente de aves, por ejemplo, en el mundo entero hay alrededor de 11.000 especies. Si le sumamos anfibios, y le sumamos peces y mamíferos y reptiles, estamos hablando de más de cien mil especies”, afirmó Naranjo.
“Aquí estamos hablando de una muestra”.
La segunda aclaración es que el declive promedio de 69% a nivel global no se refiere al número de animales individuales, sino a los porcentajes en que se redujeron las poblaciones monitoreadas.
El informe explica esta diferencia con un ejemplo esclarecedor.
Imagina que monitoreamos tres poblaciones: aves, osos y tiburones. Las aves disminuyen de 25 a 5, una caída del 80%. Los osos caen de 50 a 45 animales, una reducción del 10%. Y los tiburones disminuyen de 20 a 8, un declive del 60%.
En este ejemplo, la reducción promedio en el tamaño de las poblaciones es entonces del 50%. Pero el número total de animales cayó de 150 a 92, una caída de cerca del 39%.
94%: los datos alarmantes de América Latina y el Caribe
Cuando se observa el declive no a nivel global, sino regional, el mayor, de 94%, tuvo lugar en América Latina y el Caribe. A esta región le sigue África con un 66% y Asia y el Pacífico con un 55%.
“La cifra es alarmante”, señaló Naranjo. “Por supuesto que es apenas una pequeñísima fracción de la biodiversidad, pero si asumimos que la situación es parecida para los demás organismos no evaluados, realmente asusta.”
El representante de WWF en Colombia dio a BBC Mundo dos ejemplos de la crisis de biodiversidad en América Latina.
“La situación de los anfibios es realmente grave, en particular en los ecosistemas de montaña del norte de los Andes”.
Entre las causas de esta crisis está por un lado la expansión de la frontera agropecuaria. “Y otro factor es el cambio climático que aparentemente ha contribuido a que un hongo que afecta a los anfibios se haya expandido”.
El segundo ejemplo es el de especies de peces de agua dulce.
“Las especies migratorias se están viendo muy afectadas y en América Latina esto es grave porque, por ejemplo, en las cuencas del Orinoco y del Amazonas hay grandes migraciones de peces. Muchas se están viendo afectadas por la modificación en los cauces de los ríos por represas y también por la contaminación, en particular la contaminación por mercurio”.
En cuanto a la Amazonía, el informe Planeta Vivo recoge datos publicados en 2021 por un grupo de expertos reunidos en el Panel Científico por el Amazonas, según los cuales el 17% de la cuenca amazónica ha sido deforestada, y en otro 17% el ecosistema está degradado.
La COP 15 y la búsqueda de soluciones
“La COP 15 es una enorme oportunidadque tenemos al frente de fijar metas vinculantes, ambiciosas y que conduzcan a que se inviertan los recursos necesarios para detener la pérdida de biodiversidad y empezar a recuperarla”, señaló Naranjo.
“Esto suena muy romántico, pero hay algo que a mí me parece importante. Este año, en Naciones Unidas reconocieron el derecho universal a un ambiente sano y a un ambiente limpio. Con la pandemia de covid 19 la humanidad aparentemente empezó a darse cuenta de su dependencia de un ambiente sano”.
“Y esto es algo que desde siempre ha sido el pilar de las cosmogonías de los pueblos originarios alrededor del mundo. Pareciera que por fin estamos adoptando ese tipo de pensamiento y para mí eso es una esperanza”.