Arberto Cutié, mejor conocido como Padre Alberto, hace casi 12 años reconoció estar enamorado de Ruhama Buni Canellis, una mujer guatemalteca que conoció en la iglesia en la que trabajaba, hoy vive un feliz matrimonio con tres hijos al sur de Florida.
En 2009 TV Notas publicaba más de 20 fotos en las que se veía al Padre Alberto con una joven en una playa de Miami, él confesó que estaba enamorado y dejaría la iglesia católica romana para cambiarse a la anglicana episcopal, en donde sí se permite a los sacerdotes contraer matrimonio.
Ruhama Cutié recuerda el día de su boda como algo “muy intenso”, pues había muchas emociones encontradas, ambos sabían que había mucha gente a contra de su relación, pero se alegraron al darse cuenta de que había personas que los felicitaba.
“Realmente fue muy duro, porque dijeron cosas que no eran verdad y la gente estaba pensando cosas. Yo estaba pensando que me podían hasta matar, yo estaba sufriendo muchísimo porque no sabía que podía pasar con mi hijo, que estaba en un colegio católico”, reveló la esposa del Padre para People en Español.
El Padre Alberto dijo que todo sucedió según lo quiso Dios. “Todo fue en el tiempo de Dios”, dijo. Confesó que sin su familia, su vida sería muy triste e incompleta, además de que fue como un descanso para él admitir que estaba enamorado. “El día que salieron las fotos fue para mí muy liberador poder decir: ‘Sí, estoy enamorado, esto pasó’”, agregó.
El feliz matrimonio tiene tres hijos: Christian de 26 años -del matrimonio anterior de Ruhama-, Camila de 10 y Alberto de 8. Los Cutié aseguran que desde muy temprano inician sus días con música religiosa para los niños, a quienes les encanta La montaña de Roberto Carlos. Después, desayunan y cada uno comienza su vida; Christian va al trabajo, los niños a la escuela, su esposa ayuda a gente en la iglesia y él va a grabar su programa Hablando claro con el padre Alberto, pues regresó a trabajar después de años de dejar la televisión.
Antes de que el escándalo de su relación con Ruhama iniciara, el Padre Alberto se había posicionado como uno de los sacerdotes más influyentes de la comunidad hispana y norteamericana, pues conducía su propio programa en Telemundo.
“Yo era un cura muy bien educado, muy bien formado, tenía muchas ideas de la vida, pero no tenía la experiencia que tengo ahora. […] Ya son 12 años de casado y sé lo que es el compromiso del matrimonio. No me han contado, sino que lo sé”, confesó mientras recordaba el pico de su fama.
Tanto el Padre Alberto como su esposa Ruhama se dedican completamente a la religión, mientras él se divide entre las actividades de su iglesia y su nuevo trabajo en televisión, Ruhama ayuda a personas en la iglesia, ambos son consejeros y tienen varios proyectos en pie, como el orfelinato de niñas que dirigen en Honduras.
El matrimonio dice que sus hijos nunca se han visto conflictuados por su relación, pues en la iglesia anglicana es normal que los sacerdotes formen una familia, inclusive relata que cuando invitan a su hogar a sacerdotes apostólicos y romanos, sus hijos preguntan: “¿por qué tú no tienes esposa, por qué no tienes novia?”.
El amor a Dios, dice el Ruhama, fue lo que los unió, hizo que se enamoraran y le permitió al Padre Alberto comenzar una nueva vida. “Hay que seguir el camino de Dios. No hay mal que por bien no venga. Dios me ha enseñado que en todos los problemas y las dificultades, y las altas y bajas de la vida, siempre hay un nuevo comienzo”.