Ante el impacto del COVID-19 en el mercado laboral, la morosidad bancaria en el segmento de consumo alcanzó, en enero, su mayor nivel en 128 meses, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Así, el gremio llega a la 84 Convención Bancaria, que se celebra hoy y mañana, con una cartera vencida que representa 5.68 por ciento del financiamiento otorgado al consumo, un nivel no visto desde mayo de 2010.
Es decir, 56 mil 594 millones de pesos que prestó la banca a través de tarjetas de crédito, financiamiento automotriz, así como préstamos de nómina y personas, están en mora.
Alejandro Valenzuela, director general de Banco Azteca, comentó que es “lógico” ver un aumento en los impagos, dado el impacto de la pandemia.
Una vez que concluyó el programa de diferimiento de pagos que dieron los bancos y a pesar de que se reestructuraron muchos créditos, hay un “alto nivel” de probabilidad de que empeore la cartera vencida. “En la medida que se reactive la economía, se va a reducir ese porcentaje”, dijo.
Las tarjetas de crédito presentan la mayor morosidad, con 7.49 por ciento, seguido de préstamos personales, con 7.39 por ciento.
Cuando se ve la Tasa de Deterioro Ajustada, que mide la cartera vencida, más las quitas y castigos que hacen los bancos para limpiar su balance, ésta fue de 13.52 por ciento del crédito al consumo, el dato más alto desde julio de 2018.
Manuel Romo, director de Citibanamex, dijo que la mora fue menor de lo esperado y el pico se va a ver en el primer semestre, si no hay un nuevo confinamiento.