Moscú, 5 de abril.— El gobierno ruso lanzó este domingo un llamado al mundo ante lo que vendrá después de la pandemia de coronavirus Covd-19: una crisis económica de impacto mundial, que ha semiparalizado la economía de todo el mundo y se verá agravada por el desplome en los precios internacionales del petróleo.
“Estamos conscientes de que la crisis económica mundial, causada, entre otras cosas, por el coronavirus, es un hecho y hay que estar preparados”, dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial rusa, a la televisión pública.
Asimismo, dijo que la crisis exigirá “coordinación” de políticas y medidas anticrisis “entre muchos países” y subrayó que, en el caso de Rusia, las vacaciones pagadas, que ya fueron prorrogadas por el presidente Vladimir Putin hasta finales de mes para contener la epidemia, será una “gran carga” para la economía del país.
Peskov también aludió a otro factor clave en la pronosticada crisis económica: el desplome en los precios del petróleo, derivada de la guerra de precios desatada por Arabia Saudita, que aplicó “recortes sin precedentes, que han conllevado un alza, también sin precedentes, en los volúmenes de extracción”.
“Un poco más y todos los depósitos de petróleo en el mundo estarán llenos hasta el tope”, aseguró el portavoz presidencial ruso, quien también dijo que “los (barcos) petroleros ya no se usan para transportar crudo, sino como bidones flotantes. Como resultado, tenemos un precio absolutamente mínimo para el petróleo, que no es rentable para ningún país”.
En ese sentido, recordó que Rusia no estuvo de acuerdo con el fin del acuerdo en el marco del OPEP y aseguró que Putin sigue dispuesto a entablar “negociaciones constructivas” porque no hay otra opción para estabilizar el mercado internacional de hidrocarburos.
Los rusos y saudíes son los dos principales productores de crudo y, junto con Estados Unidos, no se ponen de acuerdo sobre la cantidad de producción de crudo que deben reducir.
Putin declaró el pasado viernes que Moscú buscará acuerdos en el marco de la OPEP y llamó a Estados Unidos a sumarse a las negociaciones para equilibrar el mercado.