“Unas 100 mil personas están atrapadas cerca de Azaz, a 30 kilómetros de Aleppo. Intentan escapar, pero están atrapadas entre el frente de batalla y la frontera”, afirmó la directora de operaciones de Médicos Sin Fronteras (MSF), Raquel Ayora.
Esta semana veinte personas murieron y otras 38 resultaron heridas en ataques que, apuntan los indicios, fueron realizados por parte de la ofensiva de Rusia y Siria en la zona, según Human Rights Watch (HRW).
La ONG recordó, además, en un comunicado que, según cifras de la ONU, al menos 70 mil civiles han huido de sus hogares por esa ofensiva, que tiene como objetivo cortar el acceso entre la ciudad de Aleppo y la frontera turca.
“A este ritmo poco quedará (en Azaz), con escuelas, hospitales y otras instalaciones de las que los civiles dependen y que han sido eliminadas”, dijo el subdirector de HRW, Nadim Houry.
HRW señaló que Siria y Rusia deberían detener los ataques contra colegios y centros sanitarios y cesar las agresiones indiscriminadas, como el uso de municiones de racimo.
El texto remarcó que ambos deberían dejar de emplear armas explosivas con efectos en amplias superficies, como misiles balísticos, en lugares con alta densidad de población.
Sobre los recientes ataques contra hospitales, uno de ellos apoyados por la organización MSF, Ayora afirmó que la gente tiene cada vez más temor a acudir a este tipo de centros.
Aparte de la ofensiva sirio-rusa, el pasado 12 de febrero, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG en sus siglas en kurdo), milicias kurdosirias, arrebataron la base de Meneg, al sur de Azaz, a grupos armados opositores y continuaron su avance hasta la población.
HRW dijo que las YPG contaron con la cobertura aérea de Rusia y que, debido a su progreso, Turquía comenzó a bombardear posiciones de los kurdos en los alrededores de Azaz.
La operación llevada a cabo ayer hizo posible el acceso a Muadamiya al Sham, Madaya y Al Zabadani, en la periferia de Damasco y cercadas por las fuerzas gubernamentales y sus aliados.
Por su parte, el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, alertó que la escalada de la actividad militar en Siria y las amenazas de recurrir al uso de la fuerza podrían hacer fracasar los esfuerzos para reactivar las conversaciones de paz y hallar una solución pacífica.
Esto, durante su primer informe al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la puesta en marcha de una resolución adoptada en diciembre que respaldaba el proceso de paz para Siria e incluía un alto el fuego y conversaciones entre el gobierno de Damasco y la oposición.
El secretario general reiteró su petición para el que Consejo de Seguridad remita la crisis siria a la Corte Penal Internacional para la investigación de posibles crímenes de fuera.
“Los responsables deben rendir cuentas por los terribles crímenes que se siguen cometiendo”, agregó.
Un intento previo de llevar la crisis ante la CPI, en mayo de 2014, fue apoyado por 13 miembros del consejo pero vetada por Rusia, aliado de Assad, y China.
Una nueva votación podría arrojar el mismo resultado.
Casi un centenar de colaboradores de Médicos Sin Fronteras han resultado muertos o heridos desde inicios de 2015 en Siria, donde hace tres días uno de los hospitales que apoyaba en Maarat al Nuaman (provincia de Idleb) fue bombardeado, afirmó hoy la organización.
MSF señaló que en 70 establecimientos médicos que apoya alrededor de Damasco y el noroeste de Siria se registraron 7 mil 9 muertos y 154 mil 647 heridos de guerra solamente el año pasado.
En el último ataque contra uno de los hospitales que recibe su ayuda, en la localidad de Maarat al Nuaman (provincia de Idleb), murieron 9 sanitarios, 16 pacientes y hubo diez heridos.
La organización confirmó también que no había comunicado las coordenadas de su hospital en Maarat al Nuaman al Gobierno de Damasco porque se estimó que esta información probablemente no ofrecía una protección, sino que les convertía en un blanco potencial.
Tal decisión -de no comunicar las coordenadas- fue tomada tras “intensas discusiones” entre los responsables de MSF y los directores de los hospitales involucrados.
Varios hospitales sobre los cuales MSF había comunicado las coordenadas han sido bombardeados, y no sólo en Siria, sino recientemente también en Afganistán.
La organización trabaja en Siria particularmente en zonas controladas por grupos opositores y sin permiso formal del Gobierno de Damasco.