Poco a poco, la alcaldesa de Cozumel, Juanita Alonso Marrufo, ha ido sorteando el acoso político del que fue víctima desde el mismo momento en que el diputado Renán Sánchez Tajonar se sintió con la suficiente fuerza para aspirar a la presidencia municipal y evitar que la morenista se reelija el próximo año.
Ciertamente, la alcaldesa cozumeleña no ha tenido un primer año cómodo, ya que a lo largo de los primeros meses de su administración, la isla empezó a registrar los peores niveles de inseguridad de su historia, con ejecuciones recurrentes que antes no se veían.
Sin embargo, en el ámbito político, en lugar de recibir el respaldo de su aliado Sánchez Tajonar, comenzó un acoso político que hasta ahora ha podido sortear. Todo parece indicar que ve la luz al final del túnel y no tendrá problemas para reelegirse con las siglas de Morena, del PT e incluso del Verde, que dirige Sánchez Tajonar.
Con algunas maniobras que no son difíciles de prever, Sánchez Tajonar ha logrado ganarse la incondicionalidad de los regidores morenistas y verdes. Con este control, intentó imponer a un tesorero municipal afín a él, luego de que Juanita Alonso anunciara la mayor inversión pública en la historia de Cozumel. Su objetivo era tomar el control de esos recursos y limitar a la alcaldesa.
Pero, al menos hasta ahora, esa pretensión no ha dado frutos y todo parece indicar que la posibilidad de que Renán Sánchez sea candidato a la presidencia municipal de Cozumel el próximo año, en lugar de Juanita Alonso, se está alejando cada vez más.
Durante la gira de trabajo más extensa que ha realizado en Cozumel la gobernadora Mara Lezama Espinosa, el martes, Sánchez Tajonar quedó relegado. Su presencia no fue relevante. Incluso, la Gobernadora pareció evitar mencionarlo por su nombre en los eventos a los que asistió el diputado Sánchez Tajonar. Solo lo aludió como presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo).