En el año de su centenario, América estará en el Mundial de Clubes. Hoy, aunque con algo de susto incluido, las Águilas vencieron 2-1 a Tigres (4-1 global) para coronarse por segundo año consecutivo en la Liga Campeones de la Concacaf.
Contrario a lo visto en el juego de ida, esta vez Tigres sí fue más ofensivo y apretó al América en los primeros 45 minutos. Producto de esa presión, fue que Andre-Pierre Gignac consiguió marcar el primer gol que le imprimió nervio a la eliminatoria.
Pero al complemento Tigres no pudo más, se fundió y fue víctima de una genialidad de Michael Arroyo. El ecuatoriano tomó el balón por la banda, en la conducción se quitó a dos jugadores y con una finta de tiro dejó tendido a Juninho, con arco abierto Arroyo sacó un zapatazo que no pudo detener Nahuel Guzmán.
Con el 1-1 América impulsado por su gente se comió a Tigres. Le robó el balón y evitó cualquier intento de reacción hasta que llegó el minuto 86 cuando Samudio fue derribado en el área; Osvaldo Martínez fue el encargado de cobrar el penal y desató la fiesta en la grada con un potente disparo que selló el marcador global 4-1.
(Agencias)