CIUDAD DE MÉXICO.- El presidente Andrés Manuel López Obrador desestimó las recientes decisiones de las calificadoras Fitch Ratings y Morgan Stanley, que bajaron la calificación de la deuda soberana de México y la recomendación de inversión para el país, respectivamente. Estas medidas se dieron en el contexto de la discusión sobre las reformas constitucionales al Poder Judicial.
Durante su conferencia de prensa matutina, López Obrador afirmó que estas acciones “no son para tomarlas en serio” y destacó la solidez de la economía mexicana, que, según él, es capaz de resistir lo que calificó como “campañas” en su contra.
“La economía de México es muy fuerte, mucho muy fuerte, y resiste toda esa campaña”, señaló el mandatario, subrayando que el país mantiene un bajo nivel de deuda externa y que las reservas internacionales del Banco de México están en niveles récord.
El presidente también resaltó que el peso mexicano se mantenía como una de las monedas más fuertes frente al dólar, y atribuyó cualquier fluctuación en el tipo de cambio a factores externos, como los eventos económicos en Japón y Estados Unidos, desvinculándolos de la reforma judicial en discusión.
López Obrador criticó a los organismos internacionales que, según él, en el pasado imponían agendas neoliberales en México, pero destacó que su gobierno sigue un plan de desarrollo propio, centrado en el combate a la corrupción y la reducción de la pobreza.
“No debemos olvidar que, durante todo el periodo neoliberal, en 36 años, nunca el gobierno aplicó un plan de desarrollo propio… Ahora es distinto porque nosotros tenemos un programa propio, con una agenda distinta”, afirmó.
El presidente también cuestionó la falta de crítica de estas calificadoras hacia los gobiernos anteriores, especialmente en relación con la condonación de impuestos a grandes empresas y corporaciones.
“¿Cuándo dijeron algo estas calificadoras de que se condonaban los impuestos a las grandes empresas, a los bancos? Nunca. Entonces, no es para tomarlos en serio”, concluyó López Obrador.
La postura del mandatario refleja su constante desconfianza hacia las instituciones financieras internacionales y su determinación de defender las políticas económicas y sociales de su administración frente a las críticas externas.