Andrés Moreno, al que se le conoció como el hombre más obeso del mundo y fallecido de un infarto el pasado 25 de diciembre, habría ingerido altas dosis de una bebida energética en los tres días anteriores a su deceso, informaron hoy sus familiares.
“Tomó más de seis latas de bebida energética por día, según pudo constatar la familia, pero se supone que fueron más latas”, dijo el doctor Jorge Ojeda, jefe de Terapia Intensiva del Hospital México Americano de Guadalajara.
El doctor, quien atendió a Moreno en varias ocasiones, recordó que estas bebidas pueden generar “taquicardias y arritmias graves” en cualquier persona, y más en gente obesa como Moreno, que llegó a pesar 444 kilos.
“Como paciente obeso, aunque estaba perdiendo peso y ya se movía, si se expone a un estimulante le puede llevar a una arritmia, y esta arritmia o un infarto llevar al fallecimiento”, destacó Ojeda.
El médico afirmó que, en los días previos a su fallecimiento, supone “tuvo un problema con la esposa y esto le generó algo de estrés emocional”.
No obstante, descartó que se tratara de un suicidio, sino que “más bien perdió la proporción de lo que estaba tomando”.
Según Gastric Bypass México, que se hizo cargo de la operación para bajar de peso, en el caso de Moreno, con antecedentes de preinfarto y diabetes, la ingesta de semejante cantidad de bebidas energéticas equivalía a la toma de 42 latas de Coca Cola en apenas 72 horas.
Moreno falleció por un infarto y problemas de peritonitis el día de Navidad del pasado año en Ciudad Obregón, en el noroccidental estado de Sonora, apenas dos meses después de someterse a una operación para perder peso.
Se le practicó el pasado 28 de octubre una cirugía de derivación biliopancreática con cruce duodenal en Guadalajara, en el centro Gastric Bypass México ubicado en el Hospital Arboledas.
En el momento de la operación, pesaba 323 kilos.
El 25 de noviembre, Moreno tuvo que ser operado de urgencia para extirparle una hernia que le afectó el intestino.
Los médicos cortaron cerca de 80 centímetros del intestino de Moreno, ya que la hernia había estrangulado parte de este órgano.
Casi un mes después de la operación, que aseguró le había cambiado la vida, Moreno había perdido cerca de 30 kilos.
Tras su deceso, el doctor que llevó su caso, José Castañeda, dijo que el infarto fue inesperado y no estaba relacionado con la operación para bajar de peso.
(Agencias)