CANCÚN, 4 de julio.— El bullicio característico de Cancún se apagó este jueves ante la inminente llegada del Huracán Beryl, que se espera toque tierra en el centro de Quintana Roo entre las 11 de la noche y las 3 de la madrugada del viernes.
Las calles y avenidas, normalmente repletas de turistas, ofrecían un panorama casi desierto. La famosa zona hotelera, usualmente vibrante, se sumió en un silencio inusual mientras los establecimientos cerraban sus puertas. Gasolineras, grandes centros comerciales, iglesias, supermercados y tiendas departamentales bajaron sus cortinas antes del anochecer, preparándose para la llegada del fenómeno meteorológico.
Los hoteles, anticipándose a la emergencia, acondicionaron sus amplios salones de convenciones para dar refugio a los huéspedes. Se estima que aproximadamente un 20% de los turistas optaron por adelantar su salida, a pesar de la cancelación de varios vuelos.
A lo largo de la avenida Kukulcán, arteria principal de la zona turística, se observó una presencia constante de efectivos de la Marina y la Policía, vigilando y asegurando el área. En la playa del Mirador, algunos curiosos desafiaban las advertencias para presenciar cómo las olas rompían con creciente fuerza, aumentando su tamaño conforme avanzaban las horas.
Las autoridades han declarado Alerta Roja para los municipios de Cozumel, Solidaridad, Tulum, Carrillo Puerto y José María Morelos, mientras que Cancún y otras localidades se mantienen en Alerta Naranja.
El Huracán Beryl ha transformado drásticamente el ambiente festivo habitual de este destino turístico, dejando a residentes y visitantes en tensa expectativa ante su inminente impacto en las costas quintanarroenses.