El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprobó este lunes un plan para abrir el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, en Alaska, a la exploración y explotación de petróleo, una medida que los grupos medioambientales describieron como un ataque a la población indígena y la fauna y flora de la región.
La decisión anunciada por el Departamento del Interior podría conducir a la adjudicación de concesiones antes de fin de año en todo el refugio de vida silvestre, que cubre 631 mil 800 hectáreas y es hábitat de especies como los osos polares y los caribúes.
Aunque el Congreso designó en 1980 la franja costera de la reserva, en el nordeste de Alaska, para posibles explotaciones petroleras, el Refugio del Ártico ha sido territorio vedado para las perforaciones a pesar de los esfuerzos de cuatro décadas de los republicanos por abrirlos a las empresas petroleras.
“El establecimiento de este programa es un hito mayor”, afirmó en una entrevista el secretario del Interior, David Bernhardt. “No es el fin del proceso de arriendos, pero es un hito muy significativo”, agregó.
El grupo ambientalista Sierra Club indicó, en un mensaje, que “cuando los republicanos del Congreso insertaron una adenda para abrir el Refugio Ártico a las perforaciones como parte de una ley fiscal en 2017, indicaron que dos arrendamientos que debían efectuarse hacia diciembre de 2024 generarían mil millones de dólares en ingresos, una cifra que era cuestionable antes del caos en el mercado petrolero de este año”.
En el último año, cinco de los seis grandes bancos de Estados Unidos -Goldman Sachs, Wells Fargo, Chase, Citi y Morgan Stanley- han reconocido que las explotaciones en el Ártico son una mala inversión y se unieron a más de 20 instituciones financieras de todo el mundo en actualizar sus políticas inversionistas para excluir la financiación de perforaciones en esa región, incluyendo el Refugio del Ártico.
“El llamado proceso de revisión de las explotaciones petroleras en el Refugio Ártico de la Administración Trump ha sido un vergonzoso trapicheo desde el principio”, dijo Lena Moffitt, directora de campaña del Sierra Club, quien anunció que impugnarán la decisión en los tribunales de justicia.
Al mismo tiempo, el grupo Earthjustice señaló que “el pueblo indígena Gwich’in considera que la llanura costera del Refugio Ártico es sagrada porque sirve como lugar de nacimiento para puercoespines y caribúes, animales de los que nativos de Alaska dependen para la alimentación y la tradición cultural”.
El abogado adjunto de Earthjustice Erik Grafe, de la oficina regional de Alaska en Anchorage, aseguró que esa decisión “pasa por alto las leyes diseñadas para proteger la vida silvestre como los osos polares y el caribú, que han utilizado la llanura costera desde tiempos inmemoriales como refugio para dar a luz a sus crías todos los años”.
“El plan de la Administración para arruinar este lugar con el fin de obtener ganancias petroleras privadas a corto plazo es ilegal”, añadió Grafe en una declaración, en la que también prometió querellas en los tribunales.
El representante ambientalista destacó que se trata de un refugio natural “sagrado, salvaje e insustituible” que no se debería “sacrificar por un desarrollo petrolero que no tiene salida y que solo empeorará la crisis climática”.
De acuerdo con el plan anunciado hoy, la primera licitación de concesiones se llevará a cabo el 22 de diciembre de 2021, aunque Bernhardt dijo que podría realizarse antes de fin de este año.
Una encuesta llevada a cabo en abril por las universidades George Mason y Yale encontró que el 33 % de los votantes registrados en la región afectada apoya las perforaciones petroleras, y el 67 % se opone a ellas.