Brasil, 9 de julio.- Una mujer que era considerada como una mamá ejemplar mató a su hijo de once años por jugar demasiado en su celular.
Alexandra Dougokenski fue acusada por la policía brasileña por el asesinato del pequeño Rafael luego de que ella misma lo confesara tras no aguantar la presión de sus mentiras.
Y es que la madre divorciada, de 33 años, en un principio dijo que el menor había huido de casa tras una fuerte discusión.
Por ello la policía inició una investigación para encontrarlo e incluso utilizaron perros entrenados en el bosque cercano a la casa de la familia, ubicada en Planato, Río Grande.
Cuando finalizó la búsqueda, Alexandra no resistió más y confesó que lo estranguló con el hilo del tendedero tras un ataque de ira. Indicó que ya no podía vivir más con la mentira.
Diez días después de la desaparición reveló que escondió el cuerpo dentro de una caja de cartón en el garaje del vecino. Lo enrolló en una sábana y una bolsa de plástico.