Casi un año después de la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, aún persisten dudas sobre su posible colaboración con el gobierno estadounidense para reducir sus condenas. Aunque no se ha confirmado que ambos estén negociando su ingreso al programa de testigos protegidos, fuentes del Departamento de Justicia señalan que información proporcionada por ellos, junto con Ovidio Guzmán, habría impulsado recientes operaciones militares en la frontera con México.
Según una fuente consultada por Enrique Gómez y Max Aub, los sobrevuelos de aeronaves militares en aguas internacionales cercanas a la península de Baja California y otras zonas fronterizas estarían dirigidos a recopilar inteligencia sobre las operaciones del Cártel de Sinaloa y sus facciones. Esta estrategia busca interceptar comunicaciones y fortalecer la lucha contra el tráfico de drogas.
El pasado jueves, durante una audiencia en el Senado de Estados Unidos, el jefe del Comando Norte, Gregory Guillot, admitió que el despliegue de vigilancia aérea sobre los cárteles mexicanos ha aumentado con el objetivo de combatir la crisis del fentanilo. Explicó que analistas de inteligencia trabajan con diversas agencias para identificar y desmantelar redes de producción y distribución de drogas. Además, reveló que actualmente hay 5,000 soldados desplegados a lo largo de la frontera con México, y que esa cifra podría aumentar en los próximos días.
Ovidio Guzmán fue extraditado a Estados Unidos el 15 de septiembre de 2023 tras su captura en enero de ese año. Por su parte, Joaquín Guzmán López e Ismael Zambada García fueron detenidos el 25 de julio después de viajar desde Sinaloa en una avioneta. Aunque existen rumores sobre una negociación entre Guzmán López y las autoridades estadounidenses, aún no hay confirmación oficial.