Basura, nuevo “producto turístico” de Cancún

Por Eduardo Ochoa Guerrero

Cancún, principal destino turístico del país, que basó su éxito en infraestructura de primera y elevada calidad en el servicio, con un aeropuerto que se convirtió en el primero del país en operaciones foráneas y segundo en número de usuarios, que recibe anualmente a más de seis millones de turistas y millones más que desde aquí se distribuyen a los centros turísticos de Isla Mujeres y la Riviera Maya, la gema de la industria turística mexicana, tiene servicios públicos ¡de quinta!

Hasta hoy la pésima calidad de los servicios públicos afectaba sólo a la ciudad, a las colonias donde viven los hombres y mujeres que mantienen a Cancún, a pesar de pandemias y huracanes, en la cúspide de la industria turística. Sin embargo, imágenes que circularon en los últimos días en redes sociales confirman que la zona urbana y la hotelera están convertidas en auténticos y pestilentes muladares.

Un recorrido por las colonias y las playas de la Zona Hotelera ofrece una estampa poco amigable con quienes vienen en busca de descanso en este pandémico 2020 y a quienes llegaron para disfrutar de las playas y otros atractivos que distinguen al Caribe Mexicano.

Habrá quien diga que se trata de un problema heredado de anteriores administraciones, que el Ayuntamiento no es el responsable de haber concesionado la recolección de la basura a una empresa que nunca ha cumplido a cabalidad, que mantiene al primer y exitoso centro turístico integralmente planeado entre la inmundicia.

En efecto, no fue esta administración la responsable de entregar la concesión a la empresa Inteligencia México, sí lo es de no haber encontrado una solución, de limitarse desde hace meses a “tomar nota” de las irregularidades en la prestación del servicio.

Desde enero del 2019 se dio a conocer que, con una inversión de 15 millones de pesos, se adquirieron nuevos camiones recolectores de basura, que se sumaban a los 45 en operación para la recolección de mil 400 toneladas de basura que se generan cada día en Cancún. Con sus 60 vehículos la empresa mejoraría notoriamente el servicio, aunque para ser realmente eficiente se requerían 70.

La realidad es que, desde principios de año, la empresa trabaja hasta con 18 unidades, como ocurre actualmente. Esa es la razón por la que, en plena pandemia el Ayuntamiento tuvo que entrar “al quite” y ayudar a recolectar la basura en la ciudad, sin que hasta ahora se haya informado si eso implicó un ahorro en el pago a la empresa.

Con todo y eso, el Ayuntamiento aprobó el uso de contenedores domiciliarios, para comerciantes y prestadores de servicios, con los que, presuntamente, mejoraría la recolección de los desperdicios. Esa, la mejoría del servicio, ha sido la principal condición del sector empresarial para aceptar los contendores, pues considera que la constante acumulación de basura en los diversos sectores se traduce en focos de infección.

Y es que, por si fuera poco, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) confirmó este año en su Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos (DBGIR-2020) que el servicio de recolección de basura de Cancún es el más caro y deficiente del país, cuesta en promedio 450 por ciento más que en otras ciudades con una población similar.

Si consideramos que la ciudad genera unas mil 400 toneladas de basura, concesionar el servicio puede haber sido visto como una opción inteligente. En donde la inteligencia falló es en la elaboración del contrato.

Informes extraoficiales indican que el Ayuntamiento, por medio de Solución Integral de Residuos Sólidos (Siresol), se ha limitado a “recabar información” sobre la operación de la empresa recolectora, pero no aplica sanciones y el monto mensual que se paga por el servicio es constante.

La razón es que Inteligencia México obtuvo un contrato que le garantiza una millonaria indemnización en caso de que el contrato le sea rescindido –se habla de 700 millones de pesos–, por la razón que sea. La autoridad, hasta hoy no ha buscado una salida jurídica al tema, a pesar de que los beneficiarios del servicio son los principales afectados por su pésima calidad.

Hoy las imágenes de un Cancún cubierto de basura dan la vuelta al mundo. Así es como el Ayuntamiento del 50 aniversario impulsa la reactivación económica. Lo positivo es que la autoridad municipal no piensa en el futuro político, sólo busca el bienestar de los cancunenses. ¿Usted lo cree?

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