Eduardo Guerrero, consultor en seguridad pública y transparencia gubernamental, dijo que “el arresto (de ‘El Z-42’) implica mayores riesgos en términos de seguridad y violencia, pues podría provocar una disputa por el control de Los Zetas y sobre todo por la hegemonía en la frontera de Nuevo León y Tamaulipas, un territorio altamente inestable porque en él opera un gran número de facciones criminales”.
Explicó que la captura del capo representa un golpe contundente al crimen organizado, pero sólo a nivel regional, pues Los Zetas aún mantienen influencia considerable en las rutas de tráfico entre México, Estados Unidos y Centroamérica.
“Los Zetas es uno de los cárteles que ha logrado diversificar sus actividades criminales con mayor éxito, por lo que la detención no sólo impactará en el tráfico de drogas, sino también en las extorsiones y secuestros, el tráfico de migrantes, el robo de combustible e incluso en el contrabando”, dijo.
Guerrero considera que la detención de Treviño Morales es más relevante que la de Servando Gómez, “La Tuta”, líder de Los Caballeros Templarios, “porque se trata de un capo en activo, que se encargaba de las operaciones diarias de su cártel”.
Explicó que con la detención de “El Z-42” podría incrementarse la violencia en Nuevo Laredo, base operativa de Los Zetas y punto estratégico para el tráfico hacia Estados Unidos.
“Por años el Cártel del Golfo ha intentado incursionar en Nuevo Laredo sin éxito, por lo que es altamente probable que aproveche la coyuntura para lanzar una nueva ofensiva”, dijo.
Por lo que explicó que para evitar un brote de violencia “es importante que se refuerce la presencia de fuerzas federales en Nuevo Laredo y en la parte norte de Nuevo León, y se concentren en neutralizar a los principales lugartenientes de “El Z-42”, como Román Ricardo Palomo “El Coyote”, Maxiley Barahona, “El Contador”, y Sergio Ricardo Basurto, “El Grande”,— y a los del Cártel del Golfo”.
Sin embargo, dijo que aunque se incremente la violencia en por la disputa de Nuevo Laredo ésta no alcanzará “los niveles que observamos en Ciudad Juárez o Tijuana, pues se trata de organizaciones criminales disminuidas, con recursos limitados que no les permiten mantener conflictos de alta intensidad por periodos prolongados”.
Por su parte, Marisol Ochoa, académica de la Universidad Iberoamericana y experta en seguridad de Tamaulipas, explicó en entrevista telefónica que la captura de “El Z-42” puede crear un reacomodo al interior de Los Zetas y con ello habría más violencia en el norte del país.
El arresto del capo puede crear “un desorden más impactante dentro de la sociedad”, porque los nuevos intereses de los integrantes pueden ser “mucho más agresivos con la ciudadanía en la vida cotidiana, que eso es finalmente lo que se refleja con enfrentamientos constantes, por control territorial a nivel local”.
Ochoa consideró que, con base en experiencias pasadas, este tipo de detenciones no se reflejan en la disminución en la incidencia delictiva, la cual afecta directamente a la sociedad.
“Estas capturas reflejan simbólicamente el desarme de estructuras criminales, pero no necesariamente tienden a debilitar” al grupo criminal, dijo.