Carlos Joaquín González cumple hoy martes su primer mes como gobernador de Quintana Roo. Es apenas el 1% del tiempo que ejercerá el poder en una entidad cuya sociedad buscó una válvula de alivio, un respiro al excesivo control que tuvo la vida pública local en los últimos años.
A pesar del poco tiempo que ha pasado, hay quienes se sienten desilusionados y otros pasaron del optimismo activo a la observación.
Y es que como cuando Vicente Fox Quesada ganó la presidencia de la República en el 2000, muchos creen que el líder del cambio llegará con su varita mágica para resolver todo de la noche a la mañana y dar empleo a todos.
Quienes quisieron ver en Carlos Joaquín al guerrero vengador, al justiciero, al mítico “Zorro” ven con cierta desilusión que las cosas no avanzan al ritmo que se imaginaron y que están ausentes las acciones de ajuste de cuentas.
Sin embargo, el propio Carlos Joaquín hizo la observación en su discurso de toma de posesión. Advirtió que el cambio no se dará por el hecho mismo de haber llegado al poder y aunque garantizó respeto absoluto a la división de poderes, a la crítica y pluralidad pidió paciencia para que la diferencia se vaya notando.
Sobre todo en Chetumal, donde se fincó el triunfo de Carlos Joaquín, las expectativas estuvieron hasta el cielo, principalmente entre aquellos que pretendían recuperar el empleo perdido en la llamada “reingeniería financiera” de Roberto Borge y quienes aspiraban a conservar su trabajo u obtener un ascenso en él sólo porque votaron por el nuevo gobernador.
Pero el propio Carlos Joaquín lo aclaró la semana pasada: el cambio no significa dar empleo a todos, eso es inadmisible, sino que se trata de generar las condiciones que permitan la llegada de inversiones y la creación de empleos en una zona que, desde el fin de la zona libre, perdió todo dinamismo económico.
Chetumal es ejemplo fiel de lo que ocurre cuando los empresarios no diversifican sus inversiones.
Se pude decir que durante su primer mes de gobierno Carlos Joaquín se dedicó a armar el tinglado con el nombramiento de sus colaboradores. Varios de ellos han dado de qué hablar en la Capital del estado, donde ha habido señalamientos de que muchos de los nuevos funcionarios no son residentes.
Pero independientemente de su procedencia, si los cuestionados que ocupan direcciones y subsecretarias fueron nombrados para tales cargos, es porque cumplen con el requisito de una residencia mínima de cinco años que exige la ley y, por otro lado, tienen la confianza del Gobernador. Se sabe de otros casos que no pudieron ser nombrados, a pesar de la cercanía con Carlos Joaquín, porque no cumplían el requisito.
Sin embargo, los nuevos funcionarios, sea cual sea su procedencia, deben cuidar su comportamiento, ser sensibles con la sociedad a la que sirven, pero también con sus subordinados, pues cualquier desaire, cualquier abuso de autoridad pegará en la imagen y credibilidad del Gobernador y también en la confianza ciudadana hacia los procesos de cambio.
Salvo en Puebla, los cambios representados por ex priistas postulados por el PAN, PRD y otros partidos políticos han terminado en “recambios” inmediatos. Allí están los casos recientes de Sinaloa y Oaxaca, por ejemplo.
Carlos Joaquín tiene enfrente el reto de amalgamar un gabinete heterogéneo, compuesto por muchos acostumbrados a llevar agua a su propio molino y que hoy tienen que aprender a trabajar en equipo y para la causa de Quintana Roo.
También tiene el reto que implica el hecho de que a nivel municipal el 70% los quintanarroenses es gobernado por presidentes municipales emanados del PRI-Verde. Con la mayoría no tendrá problema, pero por lo menos uno, Remberto Estrada, trae su propia agenda.
Un tercer reto son los presidentes municipales aliancistas que ganaron en gran medida por el propio Carlos Joaquín y que no terminan por encontrarle la cuadratura al círculo y más adelante podrían representar una carga, si no se dedican de una vez por todas a gobernar.
Un mes no es suficiente para evaluar a nadie. Habrá que esperar más tiempo.
Platea
El viernes pasado el diputado José Luis “Chanito” Toledo demostró su capacidad de convocatoria en una recepción que organizó para renovar sus votos matrimoniales con Daniela Vara. Al evento asistió el gobernador Carlos Joaquín, varios personajes influyentes de la sociedad local y algunos compañeros suyos de San Lázaro.
Roberto Borge no lo aguantó y envió mensajes bíblicos con gran contenido de reclamos a Toledo Medina. El diputado no buscaba el deslinde, porque no lo necesitaba, pero le llegó del cielo.
Luneta
A partir de mañana miércoles y hasta el próximo viernes, la Universidad de Quintana Roo será anfitriona de 29 rectores del país, quienes analizarán el presupuesto que la federación pretende destinar a la educación el próximo año.
También compartirán mecanismos de solución de problemas comunes y renovarán a la directiva del Consorcio de Universidades Mexicanas (CUMEX), del cual la UQROO es miembro destacado.
La reunión es, sin duda, un acierto del institucional rector anfitrión Ángel Rivero Palomo, quien ha logrado tal convocatoria en su ciudad natal, en la universidad de la que él mismo es egresado.
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