José Pinto Casarrubias | CANCÚN
Luego de poco más de dos horas de enfrentamientos, corporaciones policiacas de Quintana Roo restablecieron el orden al interior de la cárcel de Cancún, donde la mañana de este domingo estalló una riña campal entre 500 reos.
El saldo final, de acuerdo con reportes oficiales, fue de 14 lesionados, ocho de los cuales fueron enviados al hospital general “Jesús Kumate” para ser atendidos de heridas con arma blanca, pero ninguno tiene en riesgo su vida.
A pesar de su condición, uno de los reos con un fuerte corte de machete en la frente saludó a los fotógrafos cuando era subido a la ambulancia de la Cruz Roja.
También se reportó que un bebé sufrió intoxicación por gas lacrimógeno que arrojaron los policías como parte de su acción por retomar el control de la cárcel.
Asimismo, los paramédicos atendieron a varias personas, familiares de los reos, que sufrieron de crisis nerviosa.
Los hechos iniciaron poco después de las 11 horas y terminó alrededor de las 1:30 de la tarde y en ellos participaron 200 presos del área “I”, donde se concentra a los detenidos por delincuencia organizada y 300 del resto de la población carcelaria.
Poco después de las 12:30 horas, luego de que ingresó a la cárcel el subprocurador Carlos Arturo Álvarez Escalera, se escucharon algunos disparos, que se hicieron al aire para dispersar a los rijosos.
De acuerdo con información recabada, el pretexto de la riña fue diferencias por un partido de futbol, pero hay antecedentes de viejas rencillas entre los dos grupos. Incluso, hay datos que indican que los hechos de hoy ya estaban planeados por alguno de los dos grupos, pues a temprana hora los mismos reos pidieron a sus familiares que los visitaban que abandonaran las instalaciones, con el fin de no quedar atrapados en el conflicto.
El general retirado Virgilio Morales, director de la cárcel, salió personalmente a rendir un reporte a los familiares de los reos, para tranquilizarlos.
Es la primera vez que un funcionario responsable de la cárcel asume tal actitud.
Unas 700 personas entre familiares de los presos y curiosos se arremolinaron en torno a l cárcel, ubicado dentro de una zona densamente poblada del sur de Cancún, donde el Ejército, que no ingresó a la cárcel, estuvo expectante.