A lo largo de la vida hemos escuchado y leído gran cantidad de cuentos que nutren nuestra imaginación, pero muchos de ellos se basaban en cosas que, durante la estancia de nuestros antepasados en la tierra, no lograron comprender, lo que nos ha demostrado que no estaban equivocados y talvez algún mito tiene mucho de verdad.
Dado es el caso de la piedra filosofal; aunque a muchos nos remonta a nuestra infancia, mientras devorábamos la primera entrega de la saga más famosa de la escritora J.K. Rowling; pues el nombre que se le dio a la obra, así como el personaje de ficción, Nicolás Flamel, un famoso alquimista en el mundo mágico poseedor del elixir de la vida eterna, están inspirados en la realidad.
Nicolás Flamel fue un burgués parisino del siglo XIV que logró hacerse de una fortuna considerable y justo la adquisición de estos vienes dio origen a la leyenda, pues se consideraba que los había conseguido por medio de la alquimia.
La alquimia se considera una antigua práctica, siendo una disciplina filosófica que junta conocimientos sobre química, metalúrgica, física, medicina, astrología entre otras ciencias y creencias.
Dentro de estos pensamientos siempre estuvo la de la existencia de una sustancia alquímica legendaria, capaz de convertir metales básicos en oro y plata; parte de este mito también menciona las propiedades del elixir de la vida, volviendo a quien la posee una persona inmortal, dada sustancia era conocida como la piedra filosofal.
Si bien no se ha encontrado dicha piedra, un grupo de científicos chinos han demostrado las propiedades de un material nanométrico que permite la obtención de oro.
Aseguran que el grafeno permite extraer cantidades mínimas de oro, lo cual parece un nuevo uso mágico que se le dará.
El grafeno es una sustancia compuesta por carbono puro con una apariencia similar al grafito, pero de color casi transparente con una densidad más fuerte que el acero más resistente y se considera más ligero que el aluminio, definitivamente tiene propiedades muy particulares.
La investigación fue publicada en la prestigiosa revista Nature Communications dónde los expertos mencionan que «El excelente rendimiento de extracción de oro se atribuye a las áreas de grafeno y las regiones oxidadas de rGO (oxido de grafeno reducido).»
El funcionamiento es tan sencillo como agitar una varita y aguardar a que la magia ocurra; pues lo único que se tiene que hacer es agregar el grafeno a una sustancia que contenga restos de oro, sin importar la cantidad y tamaño de las partículas de este metal, la cuales pueden ser hasta una milmillonésima parte y, después de unos minutos estos restos se encontrarán adheridos en la lámina de grafeno.
Los científicos mencionan que no se necesita implementar ningún tipo de energía o agregar otras sustancias, y una vez adherido el oro solo se tiene que quemar el resto de la lámina del grafeno.
La investigación también obtuvo como resultados que basta 1 gramo de grafeno para poder extraer hasta 2 gramos de oro, lo que lo vuelve un negocio completamente rentable.
Sabemos que no es magia, sino ciencia pura, pero el hecho de poder obtener de esta manera tan sencilla uno de los metales más prestigiosos y de alto valor monetario, definitivamente parece un acto asombroso de algún mago.