Las cifras y los números, incluyendo los porcentajes que con ellos se construyen, no expresan todos los cambios que ocurren en una sociedad, pero son útiles para hacer análisis cuantitativo de variables representativas de su evolución.
Por estas razones, resulta interesante saber cuál ha sido el crecimiento de la economía, cómo se ha manejado la deuda pública, cómo han evolucionado los índices de corrupción, qué niveles alcanzan actualmente los homicidios y cuál es el resultado del combate a la pobreza que tanto lastima al país.
Hablando del PIB (Producto Interno Bruto), les diré que en los primeros 3 años y medio de la administración anterior, este importante indicador del crecimiento económico alcanzó un valor del 2.5%, en tanto que en el período equivalente actual, decreció a razón del -0.5%.
Es decir, hace 6 años fue 5 veces más alto, con las oportunidades de empleo e ingreso que esto significa.
La deuda pública, que tiene un costo, pasó de 10.7 BDP a 14.0 BDP (un incremento de poco más del 40%), al tiempo que las calificadoras le dieron a la corrupción un incremento del 5% en la escala internacional.
Por su parte, los homicidios pasaron de 81,300 a 130,320, lo que representa un incremento del 60%, y la pobreza aumentó significativamente, pasando de 52.2 a 56.8 millones de personas.
Es decir, ahora la pobreza abarca a casi 5 millones de mexicanos que antes podían vivir un poco mejor.
La lectura simple y directa de los números de este rápido comentario, nos dicen que vamos mal, muy mal en tan sólo 3 años y medio. Que México en vez de avanzar para resolver sus problemas, retrocede y los problemas se agrandan, con consecuencias sociales indeseables.
El deterioro económico y social parece no tener límites. Ya no hay tiempo para manejar mejores expectativas.
Nuestra única ‘arma’ es el voto y deberemos usarlo en Coahuila y el Estado de México en la elección del próximo año, y en la presidencial del 2024, para cambiar la situación y evitar peores consecuencias.
*Gobernador de Quintana Roo de 1987 a 1990, fundador de la Universidad de Quintana Roo.