—-
Si de alguna manera se puede calificar a Francisco Alor Quesada, que se debate en estos momentos entre la vida y la muerte, es de hombre de lucha. Ese espíritu de lucha es lo que, sin duda, puede ayudarlo a remontar el duro trance que atraviesa.
Paco, como se le conoce, fue presidente municipal de Benito Juárez, del 2005 al 2008. Sin embargo, tres años antes intentó ser candidato de su partido, el PRI, a la presidencia municipal y se quedó en el intento porque la consulta interna la ganó Víctor Viveros Salazar quien a la postre sería derrotado por Juan Ignacio García Zalvidea, postulado por el Verde.
En ese entonces, a finales del 2001, todo mundo pensaba que el candidato del PRI sería Alor porque tenía el apoyo del gobernador Joaquín Hendricks. Pero ese apoyo fue más bien simbólico -o fue un factor que le resultó adverso- porque la consulta interna, que muchos priístas consideraron amañada, favoreció por escaso margen a Viveros, un ex dirigente taxista sin mayor peso político.
Alor Quesada fue designado dirigente municipal del PRI en Cancún y se convirtió en una piedra en el zapato del alcalde García Zalvidea. Asistía a las sesiones de Cabildo con sus correligionarios a impugnar los acuerdos que consideraba lesivos a los intereses de la ciudadanía, sobre todo los referentes a cambios de uso de suelo o relativos al presupuesto de egresos.
García Zalvidea dejó la presidencia municipal y se fue a hacer campaña en pos del gobierno del Estado, en esa ocasión cobijado por las siglas del PRD. El PRI se inclinó por Félix González Canto como su abanderado para el gobierno estatal, y por Alor para la presidencia municipal de Cancún.
La gestión de Alor en la presidencia municipal de Cancún no ha sido cabalmente valorada; el análisis ha estado ensombrecido por las pasiones políticas de corto plazo. Le tocó gobernar un Ayuntamiento en la más severa crisis en los renglones financiero, de seguridad y de servicios públicos de su historia.
En su mensaje de toma de posesión hizo este duro, estremecedor diagnóstico: “Asumimos el ayuntamiento Benito Juárez en condiciones excepcionales. El ayuntamiento está arruinado. La bancarrota económica es el grave problema que habremos de afrontar”.
Como presidente municipal le tocó enfrentar los estragos del huracán Wilma, y lo hizo con atingencia y dedicación, lo mismo que el gobernador González Canto. Reestructuró la deuda municipal y reencauzó los servicios públicos municipales. En seguridad pública no pudo entregar los resultados prometidos. Su primer director de Seguridad Pública, Adrián Samos Medina, un abogado respetado, sufrió un atentado en el 2006, y a partir de allí la policía municipal no encontró el rumbo demandado por la comunidad.
En su gestión el Cabildo autorizó polémicos cambios de uso de suelo en la ciudad y en la zona hotelera, y por falta de recursos no pudo realizar el plan de pavimentación de calles que había anunciado, y el equipamiento urbano siguió su proceso de deterioro como hasta la fecha.
Al finalizar su período fue nombrado Procurador General de Justicia del Estado, donde los casos de Ana Bárbara y de Kalimba le pusieron el polémico sello a su gestión. Al finalizar el sexenio de Félix González Canto, el cinco de abril, se quedó en la banca. Se dice que tenía una encomienda en puerta, pero hace una semana una grave enfermedad lo llevó de emergencia al hospital. Pero Alor es hombre de lucha. Su lema de campaña fue “Alor con Valor”.
Correo: jorgeg512@hotmail.com
Twitter: @JorgeG512