CIUDAD DE MÉXICO, 20 de enero.- Tras la toma de posesión del presidente Donald Trump y el anuncio de medidas drásticas que impactarán directamente a México, la presidenta Claudia Sheinbaum convocó a una reunión urgente con su gabinete en Palacio Nacional.
El encuentro, programado para las 13:30 horas, busca definir la estrategia del Gobierno mexicano en respuesta a la declaración de emergencia nacional en la frontera, la designación de los cárteles como organizaciones terroristas y otras acciones anunciadas por Trump.
El titular del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, fue el primero en llegar a la reunión, luego de que esta mañana se confirmara su continuidad en el cargo. También asistieron los secretarios de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, y de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, quienes liderarán las medidas de recepción y defensa de los connacionales que podrían ser deportados en las próximas semanas.
Otros asistentes incluyen los titulares de Defensa Nacional, Marina, Bienestar, Trabajo, Desarrollo Urbano y Mujeres, entre otros.
Desde su oficina, la presidenta Sheinbaum siguió la ceremonia de investidura de Trump, quien confirmó el endurecimiento de su política migratoria, incluyendo la reinstauración del programa “Quédate en México”. En declaraciones matutinas, Sheinbaum enfatizó la postura de su administración: “No tenemos por qué agachar la cabeza”.
Ante el anuncio de eventuales deportaciones masivas, el gobierno de Sheinbaum ya implementó 38 acciones coordinadas por 10 secretarías federales. Estas estrategias abarcan desde la colaboración con los estados fronterizos –Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas– hasta aquellos que tradicionalmente reciben más migrantes, como Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
Además, la administración federal buscará alianzas con la iniciativa privada para crear oportunidades laborales que ayuden a mitigar el impacto del endurecimiento migratorio estadounidense.
La reunión de gabinete se perfila como un paso clave en la respuesta inmediata de México ante un escenario complejo que podría transformar las relaciones bilaterales y la política migratoria en la región.