Claudia Sheinbaum defiende a Ariadna Montiel y cierra la puerta a gestiones personales de diputados en programas sociales

 

Ciudad de México.– La presidenta Claudia Sheinbaum respaldó este miércoles a la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, frente a las críticas de legisladores de Morena que la acusaron de trato déspota y de marginarlos en actos públicos. La mandataria federal fue enfática: los tiempos en los que los diputados gestionaban apoyos sociales para promoverse políticamente se han terminado.

“Lo que no hacemos nosotros es la gestión personal de diputados y diputadas, eso se terminó”, afirmó Sheinbaum durante su conferencia matutina. “Los programas son universales o se asignan casa por casa con base en criterios establecidos, no por la intervención de un legislador”.

La mandataria respondió así a los reclamos vertidos durante una reunión plenaria de Morena en San Lázaro, donde algunos diputados criticaron a Montiel por no convocarlos a los eventos de entrega de apoyos. La diputada Irma Juan Carlo señaló un trato “déspota”, mientras que el legislador Juan Carlos Varela expresó que han sido tratados “como perros de rancho”.

Sheinbaum desestimó esas quejas y reiteró que su gobierno no permitirá la apropiación política de los programas sociales. “La promoción también es casa por casa, pero no teniendo el control de un programa social. Eso ya no existe”, dijo.

Asimismo, elogió el trabajo de Montiel, destacando la dificultad de coordinar los programas de Bienestar a nivel nacional. “Ariadna hace un excelente trabajo, es una mujer extraordinaria. Gobernar con humildad es fundamental, y ella es un ejemplo de ello”, apuntó.

La secretaria Montiel, presente en la conferencia, hizo un recuento de las acciones de su dependencia y recibió el respaldo con aplausos del gabinete federal y personal de Presidencia.

Con estas declaraciones, Sheinbaum envía un mensaje claro: su administración no permitirá que los programas sociales se conviertan en herramientas de clientelismo político, ni que se comprometa la operación institucional por presiones partidistas.

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