En medio de una intensa lluvia, concluyó la misa de cuerpo presente para siete de las nueve víctimas mortales del ataque a un establecimiento de videojuegos en Uruapan; los fallecidos fueron despedidos por familiares y amigos que se reunieron en el Santuario de Guadalupe.
Una multitud acompañó a los deudos, quienes con música de mariachi, cuetes y globos blancos los llevarán a su última morada.
Entre la población hay indignación, coraje, tristeza, pero también el deseo de justicia para este crimen, porque la mayoría de los niños y jóvenes a quienes les arrebataron la vida presuntos delincuentes, no tenían ninguna relación con actividades ilícitas, según sus propias familias.