Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco lamentó hoy el asesinato de tres personas en una iglesia católica de Niza, en el sur de Francia, y pidió “el cese de la violencia” y que la sociedad vuelva a “verse como hermanos y hermanas y no como enemigos”.
“Es un momento de dolor, en un tiempo de confusión. El terrorismo y la violencia no pueden ser aceptados. El ataque de hoy sembró muerte en un lugar de amor y consolación como la casa del Señor”, dijo en un comunicado el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.
El papa ha sido informado de estos hechos, está de luto por la comunidad católica y reza por las víctimas y sus seres queridos.
El pontífice, dijo su portavoz, ora también para que la sociedad “vuelva a mirarse como hermanos y hermanas y no como enemigos, para que el amado pueblo francés pueda reaccionar unido contra el mal con el bien”, señala la breve nota.
Además Francisco envió su pésame en un telegrama al obispo de Niza, monseñor André Marceau, firmado como es habitual por su secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin.
En el texto el papa expresa la máxima condena de estos “actos de terror”, reafirma su cercanía a la comunidad católica gala y llama “a la unidad a todo el pueblo francés”.
“Condenando de la manera más enérgica estos violentos actos de terror, asegura su proximidad a la comunidad católica de Francia y a todo el pueblo francés al que llama a la unidad. Encomendando Francia a la protección de Nuestra Señora, imparte de corazón la bendición apostólica a todos los afectados por esta tragedia”, termina el documento.
Tres personas fueron hoy asesinadas en un atentado terrorista con arma blanca en una iglesia católica del centro de Niza, en la Costa Azul francesa, anunció el alcalde de la ciudad, Christian Estrosi.
El regidor explicó que el autor de los hechos, que resultó gravemente herido durante su arresto por parte de la Policía municipal, no dejaba de gritar “Alá es grande” cuando fue reducido.
Estrosi reveló que uno de los fallecidos es el sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de Niza, un templo neogótico situado en pleno centro de esta ciudad de la Costa Azul.
Desde la organización católica de Sant’Egidio se condenó también este “último acto de insensato y bárbaro terrorismo” y pidió a los creyentes de todas las religiones, en particular cristianos y musulmanes, a separar la fe de cualquier forma de violencia.
“Es preciso evitar nuevas y peligrosas instrumentalizaciones de las religiones y parar el intento de alcanzar un nuevo desencuentro de civilizaciones por motivos económicos, políticos e ideológicos, lejanos de las genuinas expresiones de fe pero con el objetivo de minar la coexistencia y la integración” en Europa, avisó.