Los bloqueos de China para contener el peor brote de COVID-19 desde que inició la pandemia han golpeado la economía local y mundial, al estancarse la producción en las principales ciudades como Shanghái y deteniendo el gasto de millones de personas encerradas en sus hogares.
Las restricciones están destinadas a erradicar cualquier rastro del virus en la comunidad, pero también han presionado todo, desde la fabricación y el comercio hasta la inflación y los precios de los alimentos.
El primer ministro Li Keqiang ha advertido repetidamente sobre los riesgos para el crecimiento económico y aseguró que deberían “agregar un sentido de urgencia” al implementar las políticas restrictivas.
Sin embargo, el gobierno se mantiene firme en su enfoque “Covid Zero”, pues el presidente Xi Jinping afirmó que “el trabajo de prevención y control no se puede relajar”. Pero es una estrategia que, según los economistas, empujará el crecimiento a 5 por ciento este año, por debajo del objetivo oficial de alrededor del 5.5 por ciento.
Al no existir señales de que el gobierno de China esté dispuesto a relajar las restricciones, la preocupación incrementa por el daño económico que causa directa e indirectamente a los países del mundo.
Shanghái tiene el mayor PIB de todas las ciudades chinas: 4.32 billones de yuanes (679 mil millones de dólares), el tercer mayor mercado de valores del mundo y el quinto mayor número de multimillonarios a nivel global.
Además, es el destino más atractivo para las empresas internacionales que desean estar presentes en China continental.
Por ello, aquí te contamos tres razones por las que el mundo debería vigilar de cerca el confinamiento en China.
Tecnología interrumpida
Algunas empresas de tecnología han suspendido la producción debido a que las políticas restrictivas de China pesan sobre un sector que ya enfrenta una escasez de componentes.
La mayoría de los principales fabricantes de tecnología, desde Semiconductor Manufacturing International hasta Taiwan Semiconductor Manufacturing y el fabricante de iPhone Foxconn Technology Group, congelaron sus operaciones en los primeros días del brote de Shanghái. Desde entonces, muchos se han reanudado después de configurar sistemas de circuito cerrado.
Hasta el pasado miércoles, más de 30 empresas taiwanesas, incluidas Pegatron y el fabricante de Macbook Quanta Computer habían detenido la producción en los centros de electrónica del este de China debido a las reglas de coronavirus.
Los atascos logísticos están restringiendo los envíos de componentes, agotando los inventarios hasta el punto de que algunos fabricantes, incluidos Pegatron, Wistron y Compal Electronics tienen existencias de solo unas pocas semanas, estima la consultora Trendforce. La actual crisis mundial de suministro podría empeorar si se interrumpe la fabricación local, lo que limitaría el stock de computadoras y consolas de juegos a teléfonos inteligentes, servidores y vehículos eléctricos.
Dolor automotriz
Las ventas generales de vehículos de pasajeros cayeron un 10.9 por ciento el mes pasado, lo que sugiere presión en el enorme mercado de automóviles.
Algunos fabricantes de automóviles están teniendo problemas de producción debido a los bloqueos. La fábrica de Tesla en Shanghái ha estado cerrada desde el 28 de marzo debido a las restricciones en la ciudad. La planta suele producir más de 2 mil automóviles al día, según una estimación de Dan Ives, analista de Wedbush Securities, a principios de este mes.
Volkswagen AG también se vio obligado a suspender la producción en Shanghái este mes, mientras que la empresa china de vehículos eléctricos Nio dijo el sábado que detuvo la producción y retrasó las entregas porque muchos proveedores tuvieron que cerrar.
El fabricante de autopartes Robert Bosch GmbH explicó el lunes que cerró dos de sus fábricas en China y operó sistemas de circuito cerrado en otras dos, y agregó que estaba viendo “efectos temporales en la logística y el abastecimiento de la cadena de suministro”.
Congestión de los puertos
El cierre de toda la ciudad de Shanghái ha creado congestión en el puerto más grande del mundo, con colas de barcos que se acumulan allí y en otras paradas que manejan envíos desviados
La escasez de trabajadores portuarios en Shanghái está retrasando la entrega de la documentación necesaria para que los barcos descarguen cargamentos, según los armadores y comerciantes.
Mientras tanto, los buques que transportan metales como cobre y mineral de hierro quedan varados en alta mar ya que los camiones no pueden enviar mercancías desde el puerto a las plantas de procesamiento.
Los datos mostraron que los bloqueos tuvieron un impacto notable en las importaciones, que cayeron un 0.1 por ciento interanual en marzo, la primera contracción desde agosto de 2020.