Ginebra, 9 de julio.- Algunos informes de brotes de COVID-19 relacionados con espacios interiores abarrotados han sugerido la posibilidad de ‘transmisión de aerosol’ combinada con la transmisión de gotitas.
Así lo informó este jueves la doctora Maria Van Kerkhove, experta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que está al frente de la investigación de COVID-19.
Algunos ejemplos serían los ensayos de coros, o visitas a restaurantes y gimnasios.
“Necesitamos más estudios para comprender estos casos”, agregó Van Kerkhove, quien explicó que “estamos buscando el posible rol de transmisión aérea en otras configuraciones, particularmente en configuraciones cerradas, donde ustedes tienen mala ventilación”.
“Y nos hemos comprometido con un gran número de grupos, epidemiólogos y clínicos, especialistas, ingenieros, matemáticos, para tratar de consolidar un mayor conocimiento en torno a la transmisión”, dijo.
La transmisión aérea se define como la propagación de un agente infeccioso causado por la diseminación de núcleos de gotitas (aerosoles) que permanecen infecciosos cuando se suspenden en el aire a largas distancias y tiempos, de acuerdo con el reporte actualizado de la OMS sobre los modos de transmisión del virus.
El documento señala que este tipo de transmisión puede ocurrir durante los procedimientos médicos que generan aerosoles.
Por otro lado, la física del aire exhalado y la física del flujo, apunta la OMS en la investigación, han generado hipótesis sobre posibles mecanismos de transmisión del SARS-CoV-2 a través de aerosoles.
Estas teorías sugieren que varias gotas respiratorias generan aerosoles microscópicos al evaporarse, y la respiración normal y la conversación resultan en aerosoles exhalados.
Por lo tanto, una persona susceptible podría inhalar aerosoles y podría infectarse si estos contienen el virus en cantidad suficiente para causar infección en otras personas.
Sin embargo, todavía se desconoce la proporción de núcleos de gotitas exhaladas o de gotitas respiratorias que se evaporan para generar aerosoles, y la dosis infecciosa que se requeriría para causar infección en otra persona.