La catedral de Salisbury ubicada en la localidad inglesa de Salisbury, en el condado de Wiltshire, fue reconvertido en un centro de vacunación para la población en Reino Unido. El edificio de los siglos XIII-XIV es una de las tres catedrales británicas que participan en el mayor programa de vacunación de la historia del país.
Durante la espera, las personas pueden disfrutar de obras de Bach, Dvorak o Ralph Vaughan Williams, que son interpretadas por dos organistas que se turnan para dar un ambiente de serenidad en el lugar.
“Esperamos crear una atmósfera de serenidad y tranquilidad. Solo queremos aportar algo para que la gente piense en otra cosa durante el pinchazo y ayudar a los equipos” para que no se les haga muy largo el día, dijo el encargado de la catedral, Nick Papadopoulos.
En una pequeña capilla una enfermera saca un frasco de la vacuna Pfizer/BioNTech. Después de la inyección, William Perry, de 98 años, espera bajo la bóveda durante un cuarto de hora por si hubiera efectos secundarios. Es la primera vez que sale de casa desde el pasado mes de marzo.
“Es agradable pensar que están haciendo algo para que yo pueda estar todavía aquí unas semanas o unos años más, ¡hasta los 100!”, afirma Perry quien fue ingeniero de la Royal Air Force, que se encargó del mantenimiento de los aviones de combate Spitfire durante la batalla de Inglaterra, en la Segunda Guerra Mundial.
Al igual que las catedrales Blackburn y Lichfield, la de Salisbury este fin de semana abrió sus puertas para comenzar el programa masivo de vacunación contra el COVID-19 del gobierno, que tiene previsto vacunar a los mayores de 70 años y los más vulnerables, lo que representa 15 millones de personas, antes de mediados de febrero.
Se prevé que tres mil personas se vacunen esta semana en la catedral de Salisbury.