No fue mayo, mucho menos la primera semana de ese mes, el más difícil para la emergencia sanitaria que hoy vivimos.
Nunca se presentó la famosa curva de contagios, mucho menos el pico, como pronosticó el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell.
Es julio, este mes que está por concluir, el que ha resultado más delicado por el número de contagios nuevos que se han contabilizado oficialmente.
Ya sabemos que en todo México hay un subregistro, tanto de casos positivos, como de fallecimientos.
Las autoridades sanitarias mexicanas han dicho que ahora mismo hay por lo menos 8,000 decesos que están siendo analizados para determinar si la causa de la muerte fue por COVID19.
De ser asi, se sumarían a los casi 44,000 fallecimientos reportados oficialmente y lamentablemente consolidaría a México como el tercer país con el mayor número de decesos y en el sexto lugar por número de casos.
Durante este mes de julio se ha registrado más de la mitad de los casos contabilizados oficialmente en quintana roo.
El gobierno de Carlos Joaquín y las administraciones municipales han hecho todo lo que está a su alcance para frenar los contagios, pero lamentablemente hay, incluso, en este tema, una polarización ciudadana que torpedea las acciones, que dinamita cualquier buena intención.
Cuando los gobiernos endurecen las medidas, hay un sector que reclama sus derechos constitucionales, se queja de que le conculcan sus libertades.
Cuando se relajan los controles, otro sector critica la falta de fuerza de las autoridades para controlar la situación y aquellos que se quejaban de las duras medidas, denuncian que se ocultan las cifras.
Más allá de la responsabilidad de los gobiernos, que es la de procurar la infraestructura hospitalaria y el equipo técnico y humano, difundir las medidas de prevención y las advertencias sobre las consecuencias de no cumplirlas, más allá de todo esto, está la responsabilidad de todas y de todos.
Los gobiernos no tendrían que estar advirtiendo o amenazando con sanciones, arrestos y multas a quienes no cumplan con las medidas de prevención.
Somos una sociedad de adultos responsables de los menores de edad. Debemos actuar en consecuencia, actuar de manera responsable.
En redes sociales van surgiendo iniciativas ciudadanas para establecer retos para el uso de cubrebocas y el acatamiento de todas las medidas de prevención, esas mismas que los gobiernos llevan promoviendo durante casi cinco meses.
Estamos todavía a tiempo. Ojalá que la conciencia, la responsabilidad sea un virus que, ese sí, contagie a todos, antes de que sea demasiado tarde, porque nadie tiene las condiciones económicas como para aguantar que esta situación se prolongue por varios meses más.
Correo: [email protected]
Twitter: @JulioCsarSilva | @PalcoNoticias