El 86 por ciento de los ciudadanos de Reino Unido que dieron positivo en la prueba de Covid-19 durante el confinamiento no tenían los síntomas específicos del coronavirus (tos, fiebre y pérdida del gusto y olor), según un nuevo estudio realizado por investigadores del University College de Londres (Reino Unido).
El documento, publicado en la revista científica Clinical Epidemiology, utilizó datos del estudio piloto de la Encuesta sobre Infecciones por Coronavirus de la Oficina de Estadísticas Nacionales (Covid-19), una encuesta basada en una gran población que examina la asociación entre los síntomas del Covid-19 y los resultados de las pruebas diagnósticas.
La investigación incluyó datos de una muestra representativa de la población de 36 mil 61 personas que se sometieron a pruebas entre el 26 de abril y el 27 de junio de 2020 y proporcionó información sobre si tenían algún síntoma.
Los datos mostraron que 115 (0.32%) personas del total del estudio tenían un resultado positivo en la prueba. Centrándonos en aquellos con síntomas específicos de Covid-19, había 158 (0.43%) con tales síntomas el día de la prueba. De los 115 con un resultado positivo, hubo 16 (13.9%) que informaron de síntomas y, en cambio, 99 (86.1%) no informaron de ningún síntoma específico el día de la prueba.
El estudio también incluye datos sobre personas que informaron de una gama más amplia de síntomas como la fatiga y la falta de aliento. De la muestra que dio positivo, 27 (23.5%) eran sintomáticos y 88 (76.5%) eran asintomáticos el día de la prueba. Los autores dicen que los resultados tienen importantes repercusiones en los programas de pruebas actuales y futuros.
“El hecho de que tantas personas que dieron positivo eran asintomáticas el día del resultado positivo de la prueba exige un cambio en las estrategias de las pruebas futuras.
Unas pruebas más generalizadas ayudarán a captar la transmisión ‘silenciosa”‘ y a prevenir potencialmente futuros brotes. Los futuros programas de pruebas deberían incluir la realización de pruebas frecuentes a un grupo más amplio de personas, no sólo a los casos sintomáticos, especialmente en entornos de alto riesgo o en lugares donde muchas personas trabajan o viven cerca, como las fábricas de carne o los salones universitarios”, señala la autora principal del estudio, Irene Petersen.