A su paso por la parte occidental de Cuba, el huracán Ian dejó grandes destrozos, inundaciones y cortes eléctricos masivos y un apagón total de la corriente.
Toda la isla se quedó sin luz en la tarde del martes, una situación inédita que se prolongó a lo largo de la madrugada del miércoles.
“Hasta el momento se han recuperado 224 MW”, anunció en un comunicado la Unión Eléctrica (UNE).
La demanda de electricidad de Cuba suele oscilar entre los 2.000 y 3.000 MW.
Aunque la mayoría de los hogares aún siguen sin luz, el monopolio eléctrico estatal aseguró que se ha restituido el servicio en algunas zonas de La Habana, Matanzas (donde se encuentra Varadero) y las provincias centrales y occidentales del país.
Antes del paso del huracán Ian, los apagones ya eran en un problema diario para millones de cubanos, que viven resignados cómo la corriente se va cada vez más a menudo y durante más horas.
Este martes también se supo que al menos dos personas murieron por los efectos del ciclón en la isla.
Los fallecidos, ambos en la provincia de Pinar del Río, la más afectada por el huracán en el extremo occidental, son una mujer golpeada al derrumbarse una pared y un hombre al que se le cayó encima la cubierta de una vivienda al pasar el huracán.
El ciclón tocó tierra en la isla en la madrugada del martes con categoría 3, para horas después salir de nuevo al mar con dirección al oeste de la península de Florida, fortaleciéndose a categoría 4.
Ian dejó en Cuba vientos sostenidos de hasta 185 km/h y rachas que llegaron a superar los 200 km/h en algunos puntos, según los registros del Instituto de Meteorología (Insmet).
La provincia de Pinar del Río, en el extremo oeste del país, fue la más afectada con “daños considerables”, informó la oficina presidencial cubana vía Twitter.
Allí se produjeron destrozos en viviendas y locales comerciales, cayeron árboles y se cortaron vías de tránsito, según las autoridades, aunque aún no se han publicado evaluaciones específicas de los daños.
Muchas de las personas que viven allí dicen que es el peor fenómeno metereológico que han visto “en su vida”, a pesar de que esa región ha sido azotada por al menos tres huracanes en los últimos años.
“Nunca en mis 62 años había visto algo así. Lo hemos perdido todo“, le dijo a la agencia de noticias EFE Maritza Cueto, quien vive cerca del paso de la carretera hacia el poblado de La Coloma.
Por su parte, Héctor Polanco, de 32 años, explicó también a la agencia de noticias que el tejado de su casa, donde vive con su mujer y su hijo de cuatro meses, se vino abajo de golpe en la madrugada.
“Tuvimos que gritar ‘auxilio’ para que vinieran los vecinos a sacarnos“, relató.
La mayoría de los testimonios, de acuerdo a los reportes locales y de distintos medios presentes en el lugar, coinciden en el alcance inédito de los daños.
“No he dormido nada, mis hijas (de cuatro y 14 años) están con mi mamá y me quedé vigilando. Pero esto es mucho más de lo que esperaba”, explica Yasmani Izquierdo, un panadero de 32 años entrevistado por EFE, quien afirma que el techo de su casa, también ubicada en Pinar del Río, “salió volando” mientras él estaba en el baño.
A estos testimonios se suman imágenes que circulan en los medios oficiales y las redes que dan testimonio de la virulencia de Ian, con tejados destruidos, árboles y estructuras que ceden a la fuerza del viento e inundaciones en varias localidades.
Unas 50.000 personas fueron evacuadas, la mayoría de ellas en la provincia de Pinar del Río.
Las autoridades cubanas anunciaron que tienen preparadas brigadas de respuesta para acudir desde otras provincias a la región occidental y tratar de restaurar los servicios de electricidad y comunicación.