San José. – Desde su trono de mando como el segundo hombre más poderoso del régimen gobernante en Venezuela, Diosdado Cabello minimizó los cuestionamientos de los gobiernos de México y de Argentina sobre la crisis que recrudeció desde el pasado domingo por la accidentada elección del directorio del parlamento venezolano.
“Si es que… si el embajador de Argentina dijo una ‘guaidiotez’ o el de México, nosotros estamos aquí y no hemos necesitado ni de Argentina, ni de su canciller, ni… Ellos verán qué hacen, qué lugar de la historia, en qué lugar de la historia se acomodan, si se acomodan a defender a los pueblos o se acomodan del lado de los que viven arrastrados al imperialismo”, advirtió Cabello.
Con “guaidiotez”, Cabello se refirió al opositor Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela desde enero de 2019 al que el chavismo describe como payaso político, títere del imperio estadounidense y corrupto descarado.
En su programa televisivo “Con el mazo dando”, una de las vitrinas de opinión oficialista más importantes del régimen venezolano, y sin mencionar directamente a México o a Argentina, Cabello subrayó el pasado lunes que “en Venezuela nosotros decidimos que estaremos del lado de los que vamos a defender nuestra Patria, la soberanía, la independencia”.
Cabello expresó la molestia de su gobierno por las reacciones que México y Argentina emitieron luego de los incidentes violentos del domingo en la Asamblea. México se negó en 2019 reconocer a Guaidó y mantuvo relaciones con el cuestionado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Por medio de su Secretaría de Relaciones Exteriores, México hizo “votos para que la Asamblea Nacional de Venezuela pueda elegir democráticamente su Junta Directiva conforme al proceso establecido en la Constitución de ese país hermano. El legítimo funcionamiento del Poder Legislativo es pilar inviolable de las democracias”.
Argentina, en tanto, lamentó “profundamente” los hechos en la Asamblea. En su cuenta de Twitter, el canciller argentino, Felipe Solá, aseveró que “impedir por la fuerza el funcionamiento” de la Asamblea “es condenarse al aislamiento internacional. Rechazamos esta acción e instamos al ejecutivo venezolano a aceptar que el camino es exactamente el opuesto. La Asamblea debe elegir su presidente con total legitimidad”.
El presidente de Argentina, el centroizquierdista Alberto Fernández, quien asumió el 10 de diciembre pasado, se alejó el martes anterior de la política de su predecesor, el derechista Mauricio Macri, de reconocer a Guaidó y desconocer a Maduro.
Tras los reclamos de Cabello, y en una expresión de que jamás pretendió pelearse con Caracas, Fernández retiró las credenciales a la venezolana Elisa Trota, aceptada por Macri como delegada diplomática de Guaidó en Argentina, y lanzó un mensaje claro: para Buenos Aires y para satisfacción del segundo hombre más poderoso de Venezuela, Maduro es el presidente constitucional venezolano.