Robert O’Brien, consejero de Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Donald Trump, dio positivo en la prueba de Covid-19, dijo el lunes la Casa Blanca.
O’Brien, quien ocupa una posición crucial dentro del ejecutivo estadounidense, se ha aislado y trabaja “desde un lugar seguro” fuera de la Casa Blanca, según un comunicado.
O’Brien, quien ocupa una posición crucial en la presidencia estadounidense, tiene “síntomas leves”, según un comunicado.
“No hay riesgo de exposición del presidente o del vicepresidente”, agregó el ejecutivo de Estados Unidos, asegurando que el Consejo de Seguridad Nacional continuará funcionando normalmente.
O’Brien hizo un viaje a París a mediados de julio, donde se reunió con sus homólogos franceses, alemanes, italianos y británicos.
Otros funcionarios de la Casa Blanca o allegados al presidente se contagiaron de covid-19.
En mayo, Katie Miller, portavoz del vicepresidente, Mike Pence, y esposa de Stephen Miller, un asesor cercano de Trump, dio positivo, pero ya ha regresado al trabajo.
A principios de julio, Kimberly Guilfoyle, expresentadora de Fox News y novia del hijo mayor del presidente, Donald Trump Jr, también dio positivo por covid-19. Ella es una de las principales patrocinadoras de la campaña de reelección del mandatario, que se presentará a un segundo mandato el 3 de noviembre.
Covid-19 en Estados Unidos
Estados Unidos alcanzó este domingo las cifras de 4 millones 229 mil 624 casos confirmados de Covid-19 y de 146 mil 909 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance, a las 20:00 hora local (00:00 GMT del lunes), incluye 55 mil 187 contagios más que el sábado y 518 nuevas muertes, lo que supone en ambos casos una moderación con respecto a los últimos días.
El estado de Florida es el segundo con mayor contagio del coronavirus SARS-CoV-2 de Estados Unidos después de California, al superar el sábado con más de 414 mil casos desde el pasado marzo al de Nueva York, que acumula más de 411 mil, según cifras de las autoridades estatales y federales.
Pese a ello, el estado de Nueva York sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos.
La creciente preocupación en el seno del Gobierno quedó patente con el giro radical en el discurso por parte del presidente Donald Trump, quien había mantenido hasta hace poco cierto escepticismo acerca de la gravedad y magnitud del problema de la pandemia en el país.
“Probablemente, desafortunadamente, (la pandemia) empeorará antes de que mejore. Es algo que no me gusta decir, pero así son las cosas”, subrayó el martes el mandatario estadounidense en rueda de prensa.
El balance provisional de fallecidos -146 mil 391- ha superado ya con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100 mil y 240 mil muertes a causa de la pandemia.
En un principio, Trump rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50 mil y los 60 mil fallecidos, aunque luego auguró hasta 110 mil muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que Estados Unidos llegará al mes de octubre con unos 200 mil muertos y que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre podría rozar los 220 mil.